Messi fue muy contundente en la entrevista donde aseguraba que se quedaba un año más en el Barça. Decía que se quedaría para no entrar en una batalla judicial, pero quería recalcar que el club, en especial Bartomeu, no se habían portado bien con él y habían faltado a su palabra.
No hace mucho, el argentino tenía un discurso totalmente distinto. Aseguró que hace unos meses había avisado de que se quería ir no era del todo cierto o al menos públicamente decía otra cosa distinta.
En febrero de este mismo año decía que en muchos momentos había tenido la oportunidad de salir del club, pero "en ningún momento se me pasó irme" y añadía "ahora tampoco". Es decir, hace poco más de 6 meses la idea del delantero era seguir en el Barça. Además, le preguntaban por la renovación a lo que respondía "si el club quiere por mí no hay problema".
En la entrevista que dio para confirmar que se quedaba, aseguraba que se lo venía diciendo todo el año "sobre todo al presidente que me quería ir".
Bartomeu afirmaba públicamente hasta hace no mucho que estaba tranquilo porque sabía que Messi , quizás estas mismas palabras que le dijo un día a 'El Mundo Deportivo' también se las trasmitió al presidente y de ahí a que el estuviera confiado.
La situación con respecto a la prolongación del contrato ahora es totalmente distinta. El presidente solo se quería sentar a negociar con el argentino una renovación y este se negaba tajantemente. Tienen un año por delante para intentar revertir la situación y hacerle cambiar de idea.
Si hay algo que se le ha criticado al máximo dirigente del club es la mala gestión que viene haciendo en los últimos tiempos y la ausencia de proyecto deportivo. Messi aseguraba en octubre de 2019 que siempre han tenido "un proyecto ganador". Añadía que "no fue por culpa del proyecto, fue culpa nuestra".
Sin embargo, ayer decía que "hace tiempo que no hay proyecto, no hay nada". Esto es una contradicción más del futbolista en apenas 1 año. ¿Qué le habrá hecho cambiar tan radicalmente de opinión?