El Barça jugó con fuego y se quemó ante el Celta (3-3). Los azulgranas salieron a celebrar la contratación de Xavi Hernández y el equipo se encontró con un gran acierto en la portería viguesa. Abrió la lata Ansu Fati que mas tarde se lesionaba, le siguió Busquets y Memphis que marcaron antes del Descanso. Los de Sergi Barjuan salieron dormidos en el segundo tiempo y los de Coudet se vinieron arriba. Iago Aspas recortó distancias en el 51. Los locales aprovecharon la debilidad defensiva de la zaga blaugrana y antes del gol de Nolito marcaron dos, pero fueron anulados. Los culés no cerraron el encuentro y jugaron con fuego. De nuevo el capitán de los gallegos fue el que puso el empate en el último suspiro para darle la estocada definitiva y repartir un punto que el Celta se mereció.
La realidad es otra para un Barcelona que ganó en Kiev con un chispazo de Ansu Fati y que este sábado, en Vigo, arrancó agarrándose al chaval con otro golazo que demuestra su calidad. Nadie puede debatir a este portento que fue capaz de inventarse el 0-1 después de que Aspas perdonase el primero en un disparo a la red.
El partido ya mostraba salsa, muchos espacios y concesiones inhabituales en los locales, a los que les traicionaron los nervios de la ocasión. Para colmo, cuando se recompusieron del tanto de Fati llegó el 0-2 en botas de Sergio Busquets con un disparo ajustado desde la frontal del área. Su primer tanto del curso. Las sonrisas se apoderaron de la plantilla blaugrana.
Pasada la media hora, y con el Celta todavía grogui apareció Memphis Depay, el mejor fichaje culé de los últimos años, y marcó el 0-3 con un testarazo a pase de Jordi Alba, incansable en las subidas por banda. Poco después llegó la primera desgracia de toda la tarde para el Barça con la lesión de Ansu Fati, que fue sustituido al descanso.
A partir de ahí todo se torció para los pupilos de Sergi, que salieron como si el partido estuviese definido. En siete minutos, el Celta se encargó de demostrar todo lo contrario. Aspas recogió un regalo de Ter Stegen y daba vida al partido. No faltaron goles anulados -hasta dos al cuadro olívico- y un penalti reclamado de Mingueza sobre Galhardo.
En cualquier caso, lejos de las polémicas, el Celta llevaba una decena de tiros y no pudo no marcar el segundo. Nolito, de cabeza y en plancha, remató a gol un centro de Cervi. Todo se complicaba para un Barça que no tiró a la portería contraria hasta los 77 minutos por mediación de Riqui Puig.
Los gallegos lo siguieron intentando y la tarde anunciaba tragedia para los blaugranas, que tuvieron un rayo de luz con un larguerazo de De Jong. Cosas del fútbol, el balón salió repelido al fondo norte y, en el sexto minuto de añadido, el gran ídolo local, el Príncipe de las Bateas llevó la locura a su gente.
Aspas confirmó lo que el Barça, con su racanería y desorden, habían permitido en la segunda parte. Xavi, que se presenta este lunes, cogerá al equipo en la novena posición, a tres puntos de los puestos europeos y a ocho del liderato. El Celta, por su parte, seguirá cómodo en mitad de la tabla.