Gerard Piqué, a pesar de estar ya retirado del fútbol, fue sancionado en su último partido frente al Osasuna por insultar al árbitro con ofensas verbales y actitudes injuriosas. Teóricamente, se hubiera perdido los próximos cuatro encuentros.
El exdefensa del Barça no terminó su último partido como profesional de la mejor manera, pues fue expulsado tras dirigirse al árbitro de manera irrespetuosa. "El árbitro que más ha jodido con diferencia. ¡Es una puta vergüenza, me cago en tu puta madre!", le dijo a Gil Manzano.
"Insultar, ofender o dirigirse en términos o actitudes injuriosas al/a la árbitro/a principal, asistentes/as, cuarto/a árbitro/a, directivos/as o autoridades deportivas, salvo que constituya falta más grave, se sancionará con suspensión de cuatro a doce partidos”, se explica en el artículo 99 del Código Disciplinario.
La sanción de cuatro partidos no la podrá cumplir por haberse retirado del fútbol, por lo que la única manera de hacerla cumplir es a través de una multa, que acabará pagando el club azulgrana.
En un principio el FC Barcelona tendría que pagar 2.400 euros de multa, pero hay un agravante en los insultos con los que Piqué se dirigió al árbitro del encuentro ante el Osasuna.
La gravedad de las palabras ha hecho que la cifra a pagar por el Barça ascienda a casi los 4.000 euros. Eso se debe a que 1.400 euros han sido añadidos a dicha multa al ser una sanción considerada de carácter grave.