La lucha de las árbitras por conseguir unas mejores condiciones laborales sigue en marcha. La RFEF en representación de colectivo arbitral se reunió con la Liga Profesional del Fútbol Femenino (LPFF) para intentar desconvocar la huelga no fue del todo bien. No llegaron a un acuerdo y el parón sigue.
Tras la reunión, celebrada en la sede de la federación, La Ciudad del Fútbol de Las Rozas, las posturas entre ambas partes siguen alejadas al no ponerse de acuerdo en las cantidades económicas que deben percibir las árbitras.
La LPFF propone 25.000 euros anuales para las árbitras mientras que las colegiadas piden una cantidad cercana a los 50.000 euros, una cifra que supone una sexta parte de lo que reciben los árbitros de Primera y la tercera de los de Segunda masculina.
Esta huelga también amenaza la disputa de los partidos de la Copa de la Reina entre el Real Unión de Tenerife-Levante Las Planas (hoy, 20:00 horas) y el Bizkerre-Alhama (mañana, 19:00 horas) y a los que no acudirán las árbitras designadas.
Ninguno de los dos máximos dirigentes de ambos organismos, Beatriz Álvarez Mesa y Luis Rubiales, estuvieron presentes en la reunión de este martes en La Ciudad del Fútbol de Las Rozas.
En esa mesa de negociación estuvo Yolanda Parga, responsable del arbitraje femenino; Ana Álvarez, directora del fútbol femenino; Miguel María García Caba, vicesecretario, y Pedro González, del departamento jurídico, por parte de la RFEF; y Pablo Vilches, CEO de la Liga femenina, y Santiago Nebot e Irene Aguiar, de los servicios jurídicos de la competición.
Esta reunión se produjo un día después de otra que tuvo lugar en el Consejo Superior de Deportes, en la que estuvieron presentes el máximo dirigente del CSD José Manuel Franco, el director general Albert Soler y el director de gabinete Juan María Fernández Carnicer.