El Girona fue el último equipo de Segunda en conseguir el ascenso a la primera división del fútbol español. No hace falta decir que el conjunto catalán tiene uno de los presupuestos más modestos de LaLiga Santander, con lo que tampoco se puede esperar llegadas galácticas.
Pero lo más sorprendente es que, pese a estar ya en los últimos días de julio, el conjunto de Míchel no ha hecho todavía ni un solo fichaje. Algo que resulta muy extraño teniendo en cuenta que el conjunto catalán ha sufrido hasta diez bajas con respecto a la plantilla que logró el ascenso hace solo unas semanas. Por el momento, el argentino Valentín ‘Taty’ Castellanos es el único futbolista que ha sonado como futurible para el equipo gironés.
El Girona, todavía sin caras nuevas un mes después de haber logrado el ascenso, se enfrentará este viernes (17:30 horas) al Benfica, en Yverdon-les-Bains (Suiza), en el que será el segundo test de pretemporada para los jugadores de Míchel Sánchez.
En el primer amistoso, ante el Peralada, el equipo mostró una buena imagen, pero no convirtió las ocasiones de gol que tuvo y no pasó del empate a cero ante un conjunto de Tercera RFEF. A la expectativa de que la secretaría técnica concrete las primeras incorporaciones, los futbolistas más destacados fueron Joel Roca y Óscar Ureña, con ficha del filial.
Contra el Benfica, Míchel volverá a llenar su once y su convocatoria con jóvenes. Por convicción y por necesidad, ya que hoy cuenta con diez nombres del primer equipo: los metas Juan Carlos y Ortolá, los defensas Arnau, Santi Bueno, Juanpe y Valery, los centrocampistas Aleix García y Ramon Terrats y los atacantes y Samu Sáiz y Stuani. Borja García, Iván Martín, Ibrahima Kebé y Bernardo Espinosa son baja por lesión.
El duelo ante el Benfica será el segundo amistoso de los seis previstos en esta pretemporada y servirá para continuar preparando el curso del regreso a Primera y el debut liguero contra el Valencia, el día 14 de agosto en Mestalla.