El 7 de marzo de 2021 fue la fecha en la que Joan Laporta comenzó su nueva etapa al frente del FC Barcelona. A su llegada tenía dos grandes retos: que Messi renovara y que intentara reconducir la mala situación económica que había dejado la gestión del anterior presidente.
En sus primeros 100 días como presidente ya cuenta con el alivio de haber solucionado parte de las urgencias económicas gracias a que la Asamblea General de Compromisarios le aprobó la financiación de la deuda de hasta 525 millones de euros vehiculada por el fondo de inversión Goldman Sachs.
Esto permitirá al club azulgrana, según su vicepresidente económico Eduard Romeu (asumió el cargo después de la renuncia de Jaume Giró), "tener liquidez durante los próximos 24 meses" y poder implementar "el plan de negocio que se está elaborando para incrementar los ingresos del club, y establecer un control de los costes salariales deportivos y de gestión".
Esta operación, que se formalizará durante el mes de agosto, tendrá un interés máximo del 3% (los economistas consultados por EFE explican que las condiciones actuales del mercado permiten que se pueda lograr un porcentaje inferior) y la entidad azulgrana considera que el plazo para devolver el préstamo será de 15 años. Los derechos de televisión serán la garantía.
Esta liquidez es básica para poder hacer frente a los 730 millones de euros de deuda a corto plazo (la total es de 1.200 millones) que tiene el FC Barcelona, la mayoría de ella con entidades financieras.
Además, en la Asamblea del pasado domingo se anunció que el club catalán pidió un préstamo puente de 80 millones de euros para pagar los gastos de los próximos tres meses, entre los que destacan los salarios de los jugadores (57 millones).
Este tema es el siguiente gran escollo que tiene por delante el presidente Laporta a nivel económico. En su primera rueda de prensa, celebrada a finales de mayo, anunció que "la masa salarial supone un 110% de los ingresos previstos por el club", rondando los 650 millones anuales entre salarios y amortizaciones.
El presidente de LaLiga, Javier Tebas, explicó que "el Barça se lleva la copa de las pérdidas" en la presentación del informe económico de la temporada 2019-2020 que tuvo lugar el lunes.
La intención es deshacerse de grandes salarios de futbolistas que no han dado el rendimiento esperado, como Samuel Umtiti, Philippe Coutinho, Sergi Roberto u Ousmane Dembélé, quien será difícil de colocar en el mercado tras su grave lesión con Francia mientras disputaba la Eurocopa. El Fair Play Financiero de la UEFA, que marca el límite de la masa salarial en el 70% de los ingresos, no admite otra opción.
El mismo Laporta reconoció recientemente que el cumplimiento del Fair Play Financiero es un elemento clave a la hora de poder cerrar la renovación de Leo Messi, que finaliza contrato este 30 de junio, por dos años más. Pero la operación está muy cerca de concretarse.
Aparte de la aprobación de la financiación de la deuda, en la Asamblea del pasado domingo Laporta también consiguió que se aprobaran las cuentas del curso 2019-2020 y el presupuesto de la 2020-2021, pertenecientes a la gestión de la junta de Josep Maria Bartomeu. Esto, según el actual mandatario, evitará "una parálisis institucional" y que la nueva junta "pueda presentar sus cuentas".
Pero se da la extraña circunstancia de que este presupuesto, que tiene previsto ingresar 828 millones de euros y obtener 1 millón de beneficios, el 30 de junio se cerrará con unas pérdidas de más de 300 millones, según fuentes de la directiva de Laporta.
Mientras tanto, en el club se está llevando a cabo desde hace meses una exhaustiva auditoría para conocer el estado real de la entidad. Los resultados saldrán a la luz a mediados de julio y en una reciente entrevista en 'La Vanguardia' Laporta explicó que "el club está peor de lo que pensaba".
Curiosamente, durante estos primeros 100 días de mandato no se ha hablado en ningún momento de los 'bonos Laporta', los cuales fueron uno de los temas estrella durante la campaña electoral que finalizó con las elecciones del 7 de marzo.
Entonces la idea, que se encargó de explicar sobre todo Jaume Giró, era hacer dos líneas de emisiones de deudas: bonos institucionales para inversores y otros pensados para los socios y aficionados, que recibirían recompensas en forma de experiencias relacionadas con el FC Barcelona.
El otro gran reto que tenía Laporta era convencer a Messi para que se quedara después del burofax del verano pasado. Esto al parecer se ha producido, pero de momento no hay acuerdo total y quedan cosas por definir y por tanto también la firma, pero la intención de ambas partes es que esto se lleve a cabo y las negociaciones van por buen rumbo como así mismo lo ha dicho el presidente en varias ocasiones.