El fútbol no sería lo que es si no fuera por los aficionados. El ambiente que se forma en los estadios hace que se conviertan en auténticas calderas que entran en ebullición durante los partidos. Y ya sea antes de comenzar los partidos o durante los 90 minutos de juego, en esas calderas se escuchan constantemente canciones, gritos de ánimo y mensajes que, con el tiempo, se han convertido en auténticos himnos del mundo del deporte. Éstas son las canciones más bonitas de la historia del fútbol.
Si hay un himno que se identifica con el mundo del fútbol es, sin duda, You’ll never walk alone, es decir, nunca caminarás solo. Escuchar a miles de aficionados cantando a capela esta canción pone los pelos de punta a los futboleros, pero también a cualquiera que lo escuche. Aunque Liverpool y Anfield es el mejor lugar del mundo para disfrutar de este himno, también es la canción oficial de los aficionados del Celtic de Glasgow o el Borussia Dortmund, entre otros.
La Premier League es una liga donde las tradiciones ocupan un lugar muy importante y el West Ham United cumple cada partido con una de las más divertidas. Cuando el equipo salta al terreno de juego, los aficionados cantan 'Forever blowing bubles' (siempre haciendo burbujas, en inglés), al mismo tiempo que lanzan multitud de burbujas al aire.
El Newcastle inglés y el equipo de hockey sobre hielo galés de los Cardiff Devils comparten una canción: 'Don't take me home' (no me lleves a casa, en inglés). Una canción que, además de servir para animar a su equipo, es una forma de expresar el amor por el fútbol. Además, este himno también es usado por los aficionados de la selección inglesa de fútbol, sobre todo cuando la acompañan a algún partido en el extranjero: la cantan con toda la emoción… porque no quieren volver a casa.
Los hinchas de Boca Juniors se dejan su garganta con el famoso Dale Boca, incluidos sus propios jugadores que lo viven desde el interior del vestuario. Pero no todos saben que el origen de la canción de la hinchada xeneize está en Italia: Dale Cavese es uno de los himnos más famosos del calcio y lo cantan los aficionados del Cavese, un modesto club de la costa de Amalfi, en Campania, y que milita en la Serie C.
Antonello Venditti es un cantautor italiano cuyo amor por la Roma es bien conocido en todo el país. El artista creó Roma, Roma, Roma, un himno que se convirtió en el himno oficial de su equipo y que los aficionados del equipo capitalino cantan a pleno pulmón cada 15 días en el Estadio Olímpico.
El himno del Barcelona es otra de esas canciones que se han hecho universales en todo el mundo del fútbol. Allá donde hay una peña culé suena este himno, pero, por supuesto, lo hace cada fin de semana que hay fútbol en el Camp Nou. Una canción llena de fuerza que pone los pelos de punta cuando se escucha cantar a capela a 100.000 espectadores en el recinto azulgrana y que pone las pilas a los jugadores azulgranas cada vez que saltan al terreno de juego.
Cuando el Real Madrid cumplió 100 años Plácido Domingo recibió el encargo de componer un nuevo himno para el equipo de sus amores. El tenor español no solo creó una letra apasionada y futbolera, sino que, además, logró que los pelos se pongan de punta en el Santiago Bernabéu cuando la afición canta a capela esta preciosa canción. Uno de los himnos más bonitos de la historia reciente del fútbol.
Terminamos este repaso con una canción que ha traspasado fronteras. El Arrebato recibió un encargo del Sevilla: crear un nuevo himno con motivo del centenario del club hispalense. El artista sevillano, conocido sevillista, consiguió transmitir todo su amor por esos colores y convertir el himno de un club de fútbol en una de las canciones más famosas en todo el país. Tanto, que no hay concierto de El Arrebato en el que no se le reclame cantar el famoso himno del centenario del Sevilla.
Esta lista con los himnos de fútbol más bonitos del mundo es mucho más que una compilación de canciones de ultras: es una forma de transmitir emociones. Grandes canciones ligadas indisolublemente al mundo del fútbol y que consiguen poner los pelos de punta a los aficionados… y también a quienes no lo son.