El PSG regresaba a jugar en su casa tras la remontada ante el Real Madrid y ya en la previa se vislumbraba un ambiente tenso. Cuando llegaron al estadio ya se veía que el recibimiento no era caluroso y apenas había aficionados cuando entraron.
Cuando saltaron en el calentamiento se confirmaron las peores sospechas. El público estaba tremendamente enfadado con su equipo y se lo mostró con una sonora pitada. El speaker empieza a recitar la alineación y llega la sorpresa. Mbappé es el único que se libra de los abucheos de la grada.
Neymar y Messi recibieron la peor parte. Cada vez que cogían el balón el ruido aumentaba en los aficionados y tampoco se calmó con el gol del brasileño que no quisieron celebrar. El momento más rocambolesco llegó cuando los jugadores del Burdeos tocaba y se escuchaban 'olés' en la grada.
El París S. Germain se obsequió, ante sus irascibles seguidores, un pequeño consuelo en forma de goleada al vicecolista Burdeos en la jornada 28 de la liga francesa que no alcanzó a mitigar su dolorosa eliminación de la Liga de Campeones a manos del Real Madrid.
Cuatro días después de su derrota (3-1) en su visita al Santiago Bernabeu, el equipo parisino presentaba, ante el Burdeos, las bajas del español Juan Bernat y del argentino Ángel di María, lesionado en los isquios contra el Real Madrid, que se unían a las ya previstas de Sergio Ramos y Ander Herrera.
Para empezar, el entrenador, Mauricio Pochettino, dejó en el banquillo al guardameta italiano Gianluigi Donnarumma, que cometió errores en Madrid, y puso como titular al costarricense -exmadridista- Keylor Navas. En la delantera, el tridente estelar formado por Messi, Mbappé y Neymar.
La tensa acogida coincide con un duro comunicado de una de las principales hinchadas organizadas del PSG. Por primera vez, el Colectivo Ultras París (CUP) demandó el sábado la marcha de la actual dirección del club, encabezada por el catarí Nasser Al-Khelaifi, por la necesidad de "personas que sirvan al club y no se aprovechen de él".
Con 12 puntos más y un partido menos que el Niza, segundo clasificado, el partido contra el penúltimo clasificado entrañaba relevancia sobre todo en el campo anímico para calibrar el grado de depresión que la derrota de Madrid pudo haber causado a los jugadores del PSG.
El equipo de Pochettino se hizo dueño del balón y comenzó a crear ocasiones por medio de Neymar, pero la resolución volvió a tener la firma de Kylian Mbappé, que abrió la cuenta en el minuto 24. Recibió un pase de Georginio Wijnaldum, dribló a su defensor y ejecutó al portero rival con un fuerte disparo desde el interior del área.
En el 52 el encuentro quedó prácticamente resuelto con el gol de Neymar, a pase de Achraf Hakimi. Cinco minutos después una caída de Mbappé dentro del área no fue considerada penalti, tras ser examinada en el VAR, pero en el 61 llegó el tercero. El argentino Leandro Paredes (PSG) aprovechó un balón suelto dentro del área para batir a Gaetan Poussin por la escuadra.