Casemiro ha pasado de no ser ni una sola vez expulsado en el Real Madrid en varios años a acumular dos en apenas un mes. El centrocampista del Manchester United recibió la tarjeta roja en el partido contra el Southampton. El brasileño sabía a lo que se exponía y por eso no pudo evitar las lágrimas antes de salir del terreno de juego.
Su segunda expulsión en un mes y medio se produjo por una entrada sobre Carlos Jonás Alcaraz por la que el futbolista primero recibió la tarjeta amarilla del árbitro Anthony Taylor.
La posterior revisión en el VAR de la acción y del propio colegiado en el monitor a pie de campo agravó la sanción hasta la roja directa en el minuto 34.
Ni siquiera protestó Casemiro. Sin palabras, asumió la consecuencia, se disculpó con el medio centro argentino de 20 años, lo abrazó y tomó el camino del vestuario cabizbajo, con la mirada perdida, hacia el suelo, consciente de la dimensión del lance, quizá también del infortunio. Incluso antes, soltó alguna lágrima. No hubo consuelo para él. Hasta De Gea se acercó para darle ánimos. Era un hombre dolido.
"El centrocampista ahora tendrá que cumplir una suspensión de cuatro partidos en las competiciones nacionales, comenzando con el choque del próximo domingo contra el Fulham en Old Trafford en la FA Cup", anunció el United, que especificó su ausencia por sanción en la Premier ante el Newcastle, el Brentford y el Everton; el primero como visitante y los dos siguientes como local.
Antes de todo eso, Casemiro sí estará disponible para Erik Ten Hag para el encuentro de vuelta de los octavos de final de la Liga Europa contra el Betis en el Benito Villamarín.
En su etapa en el Real Madrid nunca recibió una roja directa. Fueron 91 amarillas en competiciones oficiales y a pesar de que en muchas ocasiones fue al límite no fue expulsado.