El Sevilla quiere seguir haciendo historia en la Europa League. Se está postulando como el gran favorito. La contundente victoria que consiguió ante la Roma hizo que todos los ojos se posaran sobre los sevillistas. En frente, el Wolverhampton intentará frenar el huracán de los hispalenses.
Lopetegui no cambia de táctica y repite once para pasar a semifinales. Bono; Jesús Navas, Koundé, Diego Carlos, Reguilón; Fernando, Banega, Jordán; Suso, En-Nesyri y Ocampos.
El Wolves plantaba cara los primeros minutos y dejaba clara cuáles iban a ser sus intenciones. Los andaluces si querían superarlos, iban a tener que sudar la camiseta.
El imponente físico de Adama Traore lo aprovecharía a la mínima. Una gran arrancada del extremo haría que el defensa Diego Carlos lo tuviera que derribar y el árbitro pitara penalti.
A los 10 minutos del encuentro, Raúl Jiménez tenía la oportunidad de adelantar el equipo, pero Bono no le daba opción a que traspasara la línea de cal y hacía una gran parada.
El Sevilla aplacaba las embestidas de los ingleses con posesiones largas, pero sin profundidad, les faltaba esa chispa del último pase para encontrar al delantero.
Poco a poco, el control del balón daría a los de Lopetegui el del partido y las incisiones en la portería de Rui Patrício cada vez iban a más. La paciencia con el esférico le hacía estar merodeando el área y las ocasiones llegaban después de los primeros instantes en donde los hispalenses estuvieron contra las cuerdas.
Los de Nuno acabarían mirando el reloj para que el árbitro pitara cuanto antes el descanso. El peligro del Sevilla cada vez era mayor y necesitaban un respiro para intentar resetear el partido.
Los sevillanos comenzarían la segunda mitad con la misma intensidad que acabaron el primer tiempo y la dinámica del partido sería la misma: control para los españoles y los lobos tendrían que aguantar los embistes.
Navas y Reguilon por las bandas eran un suplicio para los rivales y por ahí llegaban las ocasiones.
La anécdota del partido llegaría con el pelotazo de Banega al árbitro en el cuello, interrumpiendo este una jugada prometedora, que le dejaría los siguientes minutos un poco atontantado y doliéndose de esta zona.
El argentino repartía el juego, pero también tenía las ocasiones en sus botas. De falta directa lo intentaba, pero el portero portugués lo evitaba sacando una mano salvadora.
Percutir la defensa era complicado, por lo que el balón parado era la siguiente opción. Así llegaría el primer gol para el Sevilla. Suso, muy listo, sacó el balón del córner, cogiendo a la defensa despistada, al 10 y este con su toque mágico habitual ponía un regalo para que Ocampos mandara el balón al fondo de la red. Llegaba al final de la segunda parte y de esta manera se evitaba que el partido se extendiera a la prórroga.
Sevilla - Manchester United (domingo 16 de agosto a las 21:00)
Inter de Milán - Shakhtar Donetsk (lunes 17 de agosto a las 21:00)