El Betis ha pasado a octavos de final de la Liga Europa al empatar a cero ante el Zenit de San Petersburgo en el Benito Villlamarín y hacer valer la ventaja de 2-3 obtenida en la ida en tierras rusas.
Un gol de Chistiakov en el minuto 90 puso la angustia en los ánimos béticos, aunque finalmente fue anulado por el VAR y enardeció los ánimos de los más de 40.000 béticos que se dieron cita en el Villamarín con el pase a octavos.
Al Betis, con Canales y Fekir poco participativos y bien vigilados, le costó superar líneas y, aunque tampoco sufrió demasiado al adolecer el Zenit de más profundidad pese al dinamismo de sus jugadores más ofensivos, le faltó llegar con claridad para asustar a su rival en una primera mitad sin ocasiones de gol.
Con tres centrales y Sutormin y Krugovoi como carrileros, el conjunto de San Petersburgo se impuso en el medio campo con los brasileños Wendel y Claudinho ganándole la partida al argentino Guido Rodríguez y al mexicano Guardado, intentando lanzar en ataque a sus extremos.
Aún así, las acciones de peligro ante las porterías se limitaron a un centro peligroso de Krugovoi que, tras varios rechaces, no encontró rematador, mientras que los sevillanos lo intentaron con timidez y sin éxito como en alguna acción a balón parado botada por Fekir.
En la reanudación siguió la misma tónica, con el Zenit en busca de igualar la eliminatoria, pero sin mucha continuidad, ante un Betis que mantuvo el equilibrio y jugó con una renta que vio peligrar a los 2 minutos, cuando Yuri Alberto marcó, pero el gol fue anulado por un claro fuera de juego de Aleksei Sutormin, autor del centro desde la derecha.
Esto espoleó al equipo verdiblanco, que no se descompuso y, a base de orgullo, se hizo con el domingo del juego y en sólo 11 minutos estrelló dos veces el balón en los postes de la meta de Odowvski. Primero, Guido Rodríguez en el 50, al desviar con la testa un cabezazo de Pezzella; y en el 61 en otro remate de cabeza de Willian José que remachó al palo Ruibal, aunque la acción se anuló por fuera de juego.
El Zenit apretó de lo lindo al final volcando su ataque por la derecha, con centros de Sutormin o Malcom a los que no llegaron con opciones Yuri Alberto, en dos ocasiones, ni el recién entrado Sergeyev, a quien el luso Rui Silva le hizo un paradón tras un remate de cabeza, aunque luego se decretó que estaba en posición ilegal.
El Betis se vio exigido ante la ofensiva de los rusos, que nunca se rindieron y, tras avisar con un testarazo de Malcom que despejó, providencial, Edgar, logró empatar la eliminatoria con el 0-1 al cabecear Chistyakov un buen centro de Mostovoy en el minuto 90, aunque, a instancias del VAR, el árbitro anuló el gol tras ver la acción en la pantalla a pie de campo por una falta previa a Guido.
Pero continuó la incertidumbre para un conjunto bético totalmente superado en la recta final, pues el Zenit siguió insistiendo, hasta el punto de que Erokhin pudo marcar a los 96 minutos, pero su cabezazo se marchó alto por poco para respiro del Betis y de su hinchada, que, en pleno acoso ruso, celebraron el pitido final.