El Sevilla firmó un gran triunfo (3-0) camino a cuartos de final de la Copa del Rey a costa del Valencia, dos equipos con nombre en el Ramón Sánchez-Pizjuán pero solo el andaluz en estado de gracia. El Almería también se clasificó para los cuartos de final tras ganar a Osasuna en los penaltis.
Los de Julen Lopetegui dieron un baño de cruda realidad a los de Javi Gracia. El técnico 'che' rotó, solo tres titulares habituales, a una plantilla justa y que no le da para vivir cómodo en la Liga. Dos puntos por encima del descenso, el Valencia pensó más en el fin de semana y su once de menos habituales saltó por los aires contra un Sevilla que atraviesa una realidad bien distinta.
Saltaron con ganas de convencer a Gracia esos menos habituales, pero en cinco minutos un campeón de Europa como el Sevilla ya mandaba. Ejemplo claro y gráfico de la diferencia fue el segundo gol de De Jong. El primero fue a balón parado, otro punto débil de este delicado Valencia, después de tener ya al rival muy retrasado con las arrancadas de Suso, Jordan y Navas.
El segundo del holandés llegó en una jugada maestra de todo el Sevilla, saliendo de la presión del Valencia desde su propia área. Sufrieron Jason, Racic y Koba en el centro del campo, y así todo el Valencia, con un rival motivado, en racha y de mucha calidad. Rakitic la demostró en el 3-0 antes del descanso, picada por encima del portero, en un revolcón duro para el Valencia.
Tras el descanso, el equipo 'che' salió con la derrota asumida y los de Lopetegui supieron controlar el partido y mantener esa renta más que cómoda. La mala noticia fue la lesión de Jesús Navas, sustituido a 20 minutos del final, aunque en los cambios también salió ganando el Sevilla, ante un rival que sabe que tendrá que sufrir aunque ya solo con la lucha liguera en mente.