En el fútbol, las finales no son solo los partidos donde están en juego los títulos, si no también aquellos encuentros que te pueden dejar sin opción a uno de ellos. Tras perder la final de la Supercopa ante el Barcelona, el Real Madrid corría el peligro de caer eliminado de la Copa del Rey y de descolgarse del tren de la Liga, sin embargo, ha logrado salir del bache y seguir muy vivo en las dos competiciones.
Carlo Ancelotti es un tipo tranquilo, que no se deja llevar por las emociones, poco impulsivo, pero eficiente y resolutivo. La dinámica anímica y de juego tras perder la Supercopa de España invitaba al madridismo a pensar en lo peor, nada más lejos de la realidad, el equipo ha conseguido salir adelante. La remontada ante el Villarreal dio alas. El técnico italiano ha metido a Nacho, Ceballos y Camavinga y ha conseguido darle la vuelta a la situación.
Ante el Athletic en Liga, otro partido que se antojaba complicado, el Real Madrid dio el do de pecho y consiguió tres puntos vitales para no perder la estela del FC Barcelona en la competición doméstica. Y por último, la tercera 'final' ante el Atlético. Triple chute de positivismo para los blancos, que consiguieron el pase a semifinales, remontando y echando de la competición al Atlético de Madrid. Tres partidos, tres finales salvadas y el conjunto blanco que sigue con opciones de lograr su objetivo más ambicioso, aquel que se fue cocinando durante la pasada temporada: ganar el triplete de Liga, Champions y Copa del Rey.
"Más compromiso por parte de todos. El banquillo nos está ayudando mucho, lo necesitamos en este momento de la temporada. Todos los jugadores pueden aportar, en un momento con demasiados partidos. Pusimos toda la energía posible en la segunda parte. La calidad individual ha empatado el partido, con el apoyo de nuestra afición, nos ha permitido encarrilar bien la prórroga", dijo.