El Atlético de Madrid obró el milagro tras ganar al Oporto y estará en octavos de final de la Champions League. En el césped de Do Dragao se vivió como una auténtica fiesta. Un sentimiento que se trasladó a las casas de algunos jugadores que no pudieron estar en el partido como José María Giménez.
El defensa uruguayo tuvo que quedarse en casa y no pudo ayudar a sus compañeros. Si el Cholo Simeone enloqueció con los goles de su equipo, en central hizo lo mismo desde su casa. Una cámara colocada en una de las esquina de su salón grabó las reacciones del futbolista colchonero a los goles de sus compañeros.
Giménez enloqueció con el segundo tanto del Atlético, el que certificaba el pase a octavos con la ayuda del Liverpool, que venció al Milan en San Siro. El zaguero se quitó la camiseta, la tiró al suelo, celebró con rabia y varios cojines del sofá salieron volando. Una celebración llena de rabia para festejar el pase a octavos de la Champions cuando nadie lo esperaba.
El Atlético de Madrid ha logrado el pase a los octavos de final de la Liga de Campeones después de superar este martes al Oporto en el Estádio do Dragao (1-3), en un duelo en el que Antoine Griezmann adelantó a los de Diego Pablo Simeone y en el que Correa y De Paul sentenciaron en el tramo final, y de que el AC Milan cayese ante al Liverpool (1-2).
El que resiste, gana, y eso hizo el cuadro rojiblanco. Soportó las embestidas portuguesas en el primer tramo de partido, no se desanimó cuando el gol italiano en San Siro les dejaba fuera de la máxima competición continental y fue capaz de 'cazar' a los 'dragones'.
El delantero francés, en el 56, estuvo listo para recoger un rechace tras un saque de esquina y abrir la lata, y los argentinos, en el 90 y el 92, despejaron cualquier atisbo de duda para desatar la euforia en el banquillo rojiblanco, que saltó al completo al campo para unirse en una piña, con Simeone incluido, y celebrar el pase. Estarán como segundos de grupo en el bombo del sorteo del viernes.