Se había alabado el buen hacer de la afición sevillista la noche en la que consiguió proclamarse campeón porque la mayoría de las personas respetaron y no hubo aglomeraciones ni incidencias.
Ayer la expedición que estaba en Colonia llegaba alrededor del mediodía a la ciudad hispalense en donde a continuación harían una celebración en privado.
Los jugadores junto con el resto de miembros del staff llegaban a la ciudad deportiva del Sevilla. En las inmediaciones ya había gente que los estaba esperando, pero detrás del autobús con coches y motos los seguían portando banderas e insignias del club celebrando el campeonato.
Toda esta gente se quedaba aglomerada a la salida del recinto para esperar a los futbolistas y ahí fue cuando llegó todo el descontrol. La seguridad haría todo lo imposible por mantener el orden. Por un momento a todos se les olvidó las complicadas circunstancias que está atravesando el país con el Covid y todas medidas sanitarias que hay que seguir.
La alegría y la euforia era mucha, pero de lo que no hubo fue sentido común. De los jugadores se esperaba que hubiera reaccionado de otra manera y no fomentando el alboroto. Todos salían con las ventanas bajadas, pitando, animando a seguir la fiesta e incluso algún aficionado tuvo contacto directo con alguno de ellos, en concreto Bono.
De la ausencia de mascarillas ya ni hablamos, ni muchos hinchas ni los jugadores la llevaban.
Una de las peores imágenes que se pudo ver es la del defensa que protagonizó la final por su chilena y dando el gol de la victoria, salía con su coche, él se situaba de pie saliendo por encima del techo solar acompañado de su hijo. La Guardia Civil allí presente inmediatamente le dijo que el menor no podía ir ahí.
Tomas Vaclík también se la jugó porque salió con el coche, él conduciendo y grabando al mismo tiempo con el móvil.
A todo esto, por la carretera por la que salían se formó un tapón de coches y personas merodeando alrededor. La policía estaba desbordada, llamaba la atención a jugadores y seguidores, pero el descontrol era grandioso.
Estas imágenes no pueden producirse ni en el fútbol ni en cualquier otro ámbito. Muchas personas están sufriendo los estragos de la Covid-19 y en muchas ocasiones por la actuación irresponsables de los que nos rodean.
El papel del Sevilla en la Europa League había sido inconmensurable, pero esto desgraciadamente lo mancha y no le viene nada bien al club. También hay que señalar que estos son unos pocos y que afortunadamente no toda la afición sevillista se ha comportado así.