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El Barça empata a nada ante el Benfica y deberá sufrir en Munich para clasificarse

Primer partido de Xavi Hernández y deberes pendientes para el último encuentro. El Barcelona no pasó del empate (0-0) ante el Benfica en el Camp Nou y deberá ir a ganar a Munich ante el Bayern para no depender de lo que hagan los portugueses. Los culés mejoraron su imagen en Champions pero siguen negados ante el gol.

La solución de Xavi para completar la delantera titular fue el austríaco Yusuf Demir, que no jugaba de inicio desde el 23 de septiembre ante el Cádiz. Desahuciados en el banquillo se quedaron el fichaje más caro de la historia del Barça, Philippe Coutinho, y un señalado Luuk de Jong.

Precisamente Demir tuvo la primera ocasión de gol con un disparo fuerte y raso que obligó a estirarse a Odisseas Vlachodimos. Pero lo más positivo para el Barça fue su intensidad, encarnada especialmente en Ronald Araujo y Nico González, y su efectivo juego de combinación, capitaneado por Sergio Busquets, que ahogaron a un Benfica que tardó en conectar con el gigante Roman Yaremchuk.

El Barcelona se acercaba una y otra vez al área del conjunto lisboeta, pero las dudas de Memphis Depay, la falta de puntería de Gavi (autor de un nuevo recital en el centro del campo) y el acierto de Vlachodimos ante Jordi Alba mantuvieron las tablas. Ante tal ofensiva, Nicolás Otamendi pidió una reacción a sus compañeros al borde de la media hora de juego.

Y a punto estuvo de ejercerla él mismo poniendo por delante a su equipo en el minuto 34 con un disparo dentro del área que rebasó la línea de gol después de golpear en el larguero. Pero el colegiado Sergei Karasev anuló el tanto porque previamente el balón había salido del rectángulo.

En la jugada anterior, Yaremchuk remató de cabeza ante Ter Stegen, que acalló algunas críticas recientes. La réplica azulgrana fue contundente. Partiendo desde la derecha, Demir ejecutó una parábola que se estrelló en la cruceta derecha de Vlachodimos cuando más de un aficionado azulgrana ya se había levantado de su asiento para abrir el cava.

Un Benfica sin suerte

El segundo tiempo se encaprichó en ser una réplica del primero y el Barça siguió hurgando en las flaquezas del Benfica sin suerte, sobre todo porque todo lo que no logró contener el centro del campo lisboeta lo desbarataron una y otra vez un imperial Otamendi y su escudero Jan Verthongen.

Si la mejor línea del Benfica fue la defensa, la peor del Barcelona fue el ataque. Y eso explicó el 0-0. Así, a falta de 25 minutos Xavi miró al banquillo para apostar por el renqueante Ousmane Dembélé.

Del delantero francés nació la mejor oportunidad azulgrana cuando acababa de suplir a Demir. Un centro suyo desde la banda izquierda lo remató de cabeza en carrera Frenkie de Jong y otra vez Vlachodimos evitó el tanto.

Cansancio en los minutos finales

Pero el Barça empezó a notar el cansancio del esfuerzo acumulado hasta entonces, incrementado por el hecho de que el delantero francés aún era el único jugador de refresco azulgrana cuando el Benfica ya había completado los cinco cambios.

En el minuto 84, una volea imparable de Araujo a centro de Jordi Alba pareció ser la recompensa a tanto picar piedra, pero cuando la euforia ya se había desatado en el Camp Nou el árbitro anuló el gol por fuera de juego.

Así, el Barça se tuvo que conformar con un empate a cero, que estuvo a punto de ser una derrota cuando en la penúltima jugada Haris Seferovic falló un gol prácticamente a puerta vacía que le condena a sufrir en la última jornada para pasar a octavos de final.