El asesinato de Diego Bello sigue siendo una incógnita internacional. La policía alega que 'traficaba con cocaína' y que 'sostenía un arma', pero el entorno del gallego asegura que es imposible que eso haya ocurrido, y que se trata de otras redadas policiales que ha matado a más de docemil personas en Filipinas.
Ahora, los amigos coruñeses de Diego Bello se han querido despedir de él en una emotiva carta, publicada en La Voz de Coruña:
Oye, tío, ¿sabes algo de Diego?
Esta es una pregunta que nos resultará común a todos los amigos de Diego a lo largo del mundo. Podías haber hablado con él hace meses, semanas o días, que siempre tenía novedades que contar, ya fuese otra aventura, un nuevo proyecto o una historia de amor.
Quiero empezar hablando de la etapa que siguió después de que termináramos el colegio, pasar por alto los maravillosos años de nuestra infancia y seguramente muchas otras cosas, porque para contar tu historia, haría falta una serie con varias temporadas o una trilogía como las de Tolkien.
Oye, tío, ¿y tú sabes qué va a hacer Diego cuando termine la selectividad?
-Pues sí, tío, quiere irse a vivir a Londres.
-¿Y qué va a hacer allí? ¿De qué va a trabajar? Está loco.
Está loco, cuántas veces, cuántas, lo habremos escuchado... Desde luego, ¡no eran las palabras acertadas!
Nos enseñaste a todos valentía y determinación. Aquellos que convivimos contigo admiramos tu carisma y liderazgo. Eras capaz de superar cualquier reto que te propusieses y, desde luego, aprendiendo a hablar inglés nos lo demostraste...
-Oye, tío, ¿sabes que Diego se pira de Londres?
-¿Que dices?
-Sí, se va a Australia.
-¡Buah! Está loco.
Cuántas veces nos transmitiste tu energía positiva, cuánta energía y alegría transmitiste a la gente de Chapel Street, cuántos amigos australianos, alemanes, italianos se tatuaron tu mítica palabra: CARUFO. En el pie, el tobillo, el brazo. ¿Y por qué? ¿Por qué se tatuaban una palabra que casi no sabían pronunciar? Sencillo, eras el líder de cuadrilla en Australia, como en tantos otros sitios eras el líder.
-Oye, ¿sabes algo de Diego?
-Va a venir a Coruña, neno.
-¡¡¡Vamos!!! Nos juntamos todos, ¿no?
-Sí, le hacemos fiesta de bienvenida en el club de surf.
Esta era otra dinámica en nuestras vidas. Siempre que volvías a tu ciudad conseguías juntar a todos tus amigos para recibirte, practicar surf, tomar unas cervezas o simplemente para hacernos reír y darnos un poco de envidia sana de esa vida de dandy que llevabas.
Un sinfín de aventuras en las que te hiciste instructor de buceo, surfista «casi» profesional y hostelero, entre otras muchas cosas...
Tailandia, Honduras, Barcelona, Berlín, Indonesia, un sinfín de lugares que disfrutaron de tu alegría por la vida y tu forma de ser.
Un montón de amigos que hoy lloran por ti y después te recuerdan, se ríen y rememoran el sinfín de buenos momentos que nos has hecho vivir.
Hoy más que nunca queremos decirte que estamos orgullosos de ti.
Tu amor y dedicación por tu familia y amigos hacen que sea muy difícil este momento. Te esperamos en tu ciudad y te recordaremos siempre en nuestros corazones.
Te arrebataron de nuestras vidas y vas de camino al cielo, tú, que ya lo has tocado. Siempre te recordaremos como un soñador que ha cumplido sus sueños. Te queremos, Dieguiño.