Iker Casillas no se va a presentar a las elecciones de la Federación Española de Fútbol. El portero ha dado marcha atrás en su idea de ser este año presidente de la RFEF y no será el rival de Rubiales el próximo 17 de agosto o de septiembre. Tras un año distinto a todos por estar alejado de los terrenos de juego y la crisis del coronavirus, Casillas ha reconsiderado su decisión y no se pasará a los despachos por el momento.
El pasado 17 de febrero, el ex capitán de la Selección Española en la mejor época de La Roja, anunció su intención de presentarse a las elecciones de la Federación cuando se convocaran elecciones. El portero quería ser rival de Rubiales en los comicios y trabajar desde entonces para obtener los apoyos necesarios para hacer frente al actual presidente de la RFEF, con algún whatspapp a Irene Lozano, presidenta del Consejo Superior de Deportes.
Casillas no se había pronunciado desde entonces sobre su decisión de presentarse a las elecciones aunque sí se ha movido por detrás para conocer cuáles serían los apoyos que podría tener en una votación final. El portero se ha dejado ver con Puyol, Villa o Iniesta, y les habría explicado su idea para ser presidente de la Federación.
"Quería un proceso electoral justo, transparente y participativo... Y creo que en esta ocasión no se ha apostado por ello". Iker Casillas deja clara su postura en el comunicado que ha hecho público, y además de las razones excepcionales por la situación social que se vive con el coronavirus en España.
"El principal motivo que me ha llevado a tomar esta decisión es la excepcional situación social, económica y sanitaria que está sufriendo nuestro país, que hace que las elecciones pasen a un segundo plano", explica el portero.
Cuatro meses después de anunciar en sus redes sociales que sería candidato a la RFEF, Casillas ha dado marcha atrás en su intención de dar el salto a los despachos de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. El portero no se ve con los apoyos suficientes para ganar a Rubiales y prefiere esperar para cuando esté realmente preparado.
El capitán de la Selección en el Mundial de 2010 en Sudáfrica ha pasado un año difícil. Desde que el 1 de mayo de 2019 sufriera una infarto mientras se entrenaba con el Oporto, no ha vuelto a jugar un partido. A partir de ese día, el primer objetivo fue recuperarse al 100% para hacer vida normal, y tuvo el apoyo de Sara Carbonero y de sus hijos desde el primer momento.
Una temporada diferente a todas las anteriores que había tenido. El portero pasó de estar cada jornada defendiendo los palos del Oporto, a ser el enlace entre la directiva y el vestuario del equipo portugués. Hasta que en el mes de febrero confirmó la noticia que se llevaba hablando unos días, y anunció que se presentaba a la presidencia de la Federación.
Desde que tomó la decisión ha tanteado a las federaciones territoriales, es la mayoría de una asamblea y el núcleo duro para tener opciones de ganar, y finalmente no lo ha visto posible. La convocatoria de elecciones el 17 de agosto, en pleno verano, tampoco ha gustado al que fuera portero del Real Madrid.
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