La afición del club Operario de Varzea Grande, de Brasil, ha impedido que Bruno Fernandes, exportero del Flamengo, acabe jugando con su camiseta. El jugador fue detenido en 2010 y condenado tres años después a 20 años y 9 meses de cárcel por el asesinato de la modelo Eliza Samúdio, con quien tuvo un hijo no reconocido por el futbolista.
Cuando estaba ultimando los detalles del contrato, los hinchas del Operario manifestaron su disconformidad con este polémico fichaje y el director del club, André Xela, finalmente cedió a las presiones: "Fue una presión muy grande y dos patrocinadores terminaron desistiendo. Sin dinero uno no consigue hacer fútbol. Tuvimos que desistir", explicó en la edición digital Época.
Pese a que un tribunal de la localidad de Varginha se mostró favorable a que el futbolista fichase por el Operario, la firma no se hizo efectiva por la presión popular y por la retirada de los patrocinadores.
Bruno, excapitán del Flamengo también militó en equipos como el Atlético Mineiro de Belo Horizonte, el Corinthians de Sao Paulo.