La Serie A volvió a tener un episodio racista, esta vez con Mario Balotelli como protagonista. El jugador del Brescia, cansado de soportar los insultos que estaba recibiendo de una parte de la grada, paró el partido en el minuto 53 para pegarle un balonazo a dicho sector. Tras haber estallado, intentó marcharse del campo debido a los insultos.
Gracias a sus compañeros y también a los jugadores rivales que le convencieron, Balotelli siguió jugadno el encuentro pese a sus intenciones. El partido estuvo detenido varios minutos y el árbitro, que había amonestado al jugador con tarjeta amarilla por el balonazo a la grada, al enterarse del motivo decidió quitársela.
El partido entre el Hellas Verona y el Brescia prosiguió con normalidad. Pese a que no sirvió para darle la victoria a su equipo, Balotelli calló a la grada marcando el gol de su equipo, que puso el 2-1 final en el marcador.
Al finalizar, Balotelli quiso agradecer el comportamiento de sus compañeros en su cuenta de Instagram: "Gracias a todos los compañeros dentro y fuera del campo por la solidaridad que tuvieron conmigo, y a los hinchas por los mensajes recibidos. Muchas gracias, han demostrado que son hombres de verdad, no como aquellos que niegan la evidencia". Este caso, no es el primero que sucede en Italia. Jugadores como Lukaku, Matuidi o Koulibaly entre otros muchos, también han sido víctimas de este tipo de insultos.