La NBA es la competición de baloncesto por excelencia. A lo largo de la temporada mueve muchos millones. Solo dos son los privilegiados que luchan por llevarse el anillo y solo uno el que lo consigue, una insignia que vale 200.000 dólares cada una.
La NBA vive estas semanas su momento más importante de la temporada con las Finales entre los Golden State Warriors y los Boston Celtics, pero detrás de la apasionante lucha por el anillo y del combate puramente deportivo hay un enorme negocio en torno a una de las ligas más potentes del planeta.
Armar un equipo que aspire al título de la NBA no es algo barato. Eso lo saben muy bien los Warriors ya que Stephen Curry es este curso el jugador mejor pagado de la NBA con 45,78 millones de dólares de sueldo (fuera de ahí quedan patrocinios u otro tipo de ingresos).
No anda lejos el otro 'Splash Brother', Klay Thompson, que con 37,98 millones este curso aparece en el puesto undécimo de los jugadores con más remuneración.
En cambio, Jayson Tatum es el mejor pagado de los Celtics con 28,10 millones, pero eso 'solo' le sitúa en la posición número 35 de los sueldos más altos de la NBA (su compañero Al Horford está el 39 con 27 millones).
La fiebre verde en Boston se refleja en el precio de las entradas según los datos de StubHub, que es el portal de referencia de reventa de entradas en Estados Unidos.
La entrada más barata para el primer partido, que se jugó en San Francisco, era de 782,81 dólares (incluidos gastos de gestión) mientras que para el tercer encuentro, que se disputará el miércoles 8 y que será el primero de la serie en Boston, el boleto más asequible costaba 973,80 dólares.
Para los que tengan un bolsillo más ajustado siempre queda la opción de la televisión y en Estados Unidos las Finales las emite la cadena ABC con producción de ESPN (ambas son propiedad del conglomerado multimedia de Disney).
En 2014, la NBA firmó una extensión de su acuerdo con ESPN y TNT, que incluye la temporada regular y los playoffs, por 24.000 millones de dólares a lo largo de nueve años, de acuerdo con la información de The New York Times.
No obstante, ese contrato acabará en la temporada 2024-2025 y CNBC aseguró el año pasado que la NBA aumentará mucho su factura para quienes quieran sus derechos de televisión, tanto que podría buscar entre 70.000 y 75.000 millones en total por nueve años.
Las Finales de la 'burbuja' de 2020 marcaron el récord de la peor audiencia en la historia de la NBA, pero en 2021, ya con la liga mucho más cerca de la normalidad tras la crisis de la pandemia, ABC tuvo 9,91 millones de espectadores de media, un 32 % más que en las Finales del año anterior.
Otro aspecto importante del negocio de las eliminatorias es el 'pool' de los playoffs, el sistema de la NBA para premiar a los equipos según lo lejos que lleguen en su aventura por el anillo.
El 'pool' de este año es de 17.317.334 dólares de modo que, por ejemplo, un equipo que cayó en la primera ronda se llevó 258.449 dólares de ese total, pero el que se quede el título se anotará 3.066.810 dólares además de lo que le corresponda por haber superado cada una de las fases previas.
También hay recompensa por los resultados de la temporada regular. Así, antes de poner un pie en las eliminatorias, los Phoenix Suns ya se habían adjudicado 499.425 dólares por ser el mejor conjunto de la liga y 437.078 dólares más por ser los primeros del Oeste.
Con esos incentivos, resulta evidente que el gasto por los anillos de campeón de la NBA es el menor de los problemas para los equipos y algo que todos están dispuestos a asumir con una sonrisa y la cartera bien abierta.
En cualquier caso, el precio de esos reconocimientos no es una cantidad despreciable: según Los Angeles Times, los anillos de LeBron y compañía en 2020 costaron cada uno más de 20.000 dólares.