Esta vez Luka Doncic no pudo obrar el milagro. El esloveno mantuvo con vida a los Mavericks hasta llegar al quinto partido, pero los Golden State Warriors solventaron el partido (120-110) para meterse en la final y luchar por su cuarto anillo.
Nada ha podido con ellos: ni un talentazo como Luka Doncic, ni los rebeldes Memphis Grizzlies en la semifinal del Oeste, ni el calvario de lesiones que han sufrido ni los cambios en su plantilla. Después de dos años sin clasificarse para los playoffs, los Warriors han recuperado su versión mas demoledora y espectacular y jugarán sus sextas Finales en los últimos ocho años.
El objetivo está claro: lograr su cuarto anillo tras los que conquistaron en 2015, 2017 y 2018. ¿Su rival? El vencedor de la final del Este, que por ahora dominan los Boston Celtics por 3-2 ante los Miami Heat.
Los Warriors cuentan ahora con jóvenes excitantes como Jordan Poole pero el núcleo de su época dorada sigue intacto: Stephen Curry, Klay Thompson y Draymond Green en la pista y Steve Kerr a la batuta en el banquillo.
Quizá Thompson, crucial esta noche con 32 puntos ante los Mavericks, sea el ejemplo más emotivo del resurgimiento de los Warriors puesto que el finísimo anotador regresó a las canchas en enero de este año después de casi mil días fuera de las pistas por dos gravísimas lesiones.
También Kerr tiene muchos motivos para sonreír.
Con su victoria ante Dallas, Kerr extendió a 21-2 su impresionante balance histórico en los playoffs como entrenador puesto que solo ha perdido dos eliminatorias como técnico: las Finales de 2016 y 2019.
Tras una temporada sensacional, Luka Doncic y sus Mavericks se despertaron del sueño del anillo. El esloveno vivió una noche amarga y de altibajos y acabó con 28 puntos (10 de 28 en tiros, 3 de 13 en triples), 9 rebotes y 6 asistencias.
Frustrado y cabizbajo durante la mayor parte del encuentro, Doncic solo metió 2 de sus 10 tiros en el primer cuarto y no anotó en el segundo, pero en el tercero reaccionó a lo grande con 15 puntos que permitieron soñar a los Mavericks con la remontada.
Klay Thompson (32 puntos con 8 triples) lideró a unos Warriors en los que fueron fundamentales las aportaciones de dos de sus actores secundarios: Kevon Looney (10 puntos y 18 rebotes, 7 de ellos ofensivos) y Nemanja Bjelica (5 puntos, 6 rebotes y 3 asistencias además de un gran trabajo defensivo).
Stephen Curry, que se llevó el premio 'Magic' Johnson al MVP de la final del Oeste, sumó 15 puntos y 9 asistencias como parte de los seis jugadores de los Warriors que anotaron al menos 10 puntos (el quinteto titular más Jordan Poole).
En el quinto encuentro de la serie (120-110), los Warriors parecían haber dejado todo sentenciado en la primera mitad. Ante un Doncic con el punto de mira averiado, el conjunto local, siguiendo el camino que abría Thompson en ataque, brilló especialmente en un segundo cuarto avasallador (41-29) que les permitió irse al descanso con una ventaja muy cómoda (69-52) frente a una defensa de los Mavericks que hacía aguas en la protección de la pintura.
Los Warriors llegaron a ganar de 25 puntos en el tercer cuarto haciendo gala de un baloncesto tan reluciente como contundente. Pero un asombroso 2-15 antes del último parcial permitió a Dallas llegar al desenlace con vida y con un Doncic totalmente reenganchado al duelo (94-84).
Hasta ahí llegó la muy meritoria reacción de los Mavericks, ya que los Warriors sentenciaron el duelo con Thompson y Curry desde el triple, con Looney siendo el amo y señor del rebote y con Green sacando petróleo de cada jugada.
Los Warriors acabaron el encuentro con un estupendo 51,1 % en tiros (45 de 88), controlaron a su antojo la zona (50 puntos por 32 de sus rivales) y aplastaron a los Mavericks en el rebote (51 por 34). Las Finales de la NBA comenzarán el 2 de junio