El parón instaurado en el deporte español por el avance incesante del coronavirus en el país ha afectado también al baloncesto. Las competiciones han quedado detenidas y sus jugadores y trabajadores se encuentran confinados en casa, ayudando como pueden, mediante donaciones o contribuyendo de forma física a frenar la pandemia.
En el caso de Esperanza Mendoza, árbitro de la Liga Endesa e internacional en competiciones FIBA, ha optado por lo segundo. La joven ha publicado a través de sus redes sociales que está invirtiendo su “tiempo libre” en ayudar a un grupo de riesgo como son los ancianos.
“¿Quién me iba a decir a mi hace un mes, cuando volvía de Turquía de arbitrar mi último partido, que volvería a trabajar de mi vocación? Y que feliz de aportar un pequeñísimo grano de arena en este desierto #QuedateEnCasa #undiamasundiamenos #COVID2019”, reza un tuit de la árbitro en su perfil de Twitter.
La cacereña, aunque reside en Salamanca, comenzó a trabajar en una residencia de las afueras de la ciudad donde se encuentran aislados más de 100 ancianos. Mendoza, además de árbitro es auxiliar de enfermería y educadora social por lo que no ha dudado en poner sus conocimientos al servicio de los que más lo necesitan.