De los creadores de las cocinas fantasma llegan los supermercados fantasma. En ellos no hay clientes, solo trabajadores que preparan el pedido online en solo dos minutos. Para ello deben correr por los pasillos recogiendo los productos del pedido y sin perder ni un solo segundo.
Estos supermercados no son tiendas, sino almacenes. La política de la empresa es que el pedido le llega al cliente en solo 10 minutos, por lo que los trabajadores tienen solo dos minutos para coger todos los productos de la comanda. Van corriendo por los pasillos con sus carritos y sus zapatillas antideslizantes, con las que se evitan caídas y accidentes debidos a las prisas. Posteriormente, los repartidores tienen ocho minutos para hacer la entrega.
‘Cuatro al día’ ha visitado un supermercado fantasma para ver cómo son y cómo se trabaja en ellos. En el suelo y las estanterías hay dibujado un circuito para que los trabajadores vayan lo más deprisa posible y puedan cumplimentar el pedido en el tiempo marcado.