España va saliendo poco a poco de la crisis económica provocada por la pandemia, pero de forma más lenta que lo que marcaban las previsiones. Para este año, Bruselas calcula que nuestro país tendrá un crecimiento del 4,6%, 1,6% menos de lo que calculaba en verano y dos puntos menos que lo que dicen las estimaciones del Gobierno. Para el año que viene la Comisión Europea espera un crecimiento para España del 5%, por debajo del 7% de lo que dice Ejecutiva de Sánchez.
Estas previsiones económicas hacen necesarias las ayudas europeas. Pero estas no se dan gratis, sino que están sujetas a reformas. Una de ellas señala directamente a las pensiones: Europa exige a España ampliar el cómputo de las pensiones, lo que obliga a ampliar el periodo de cálculo. No se habla de cifras concretas, pero se ya se ha puesto sobre la mesa ampliar progresivamente hasta los 35 años el plazo a tener en cuenta para calcular la cuantía.
Esa ampliación a 35 años lleva implícito un recorte de las pensiones porque lo normal es que se tengan carreras ascendentes y que al principio de la vida laboral se cobre menos, por lo que cuanto más nos remontemos hacia atrás, más probable es que las pensiones bajen. El borrador de la Seguridad Social para esa ampliación a 35 años habla de una rebaja media del 6,3% en la cuantía percibida.
José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social, ha dicho respecto a la rebaja que Bruselas no está pidiendo nada y que la ampliación del cómputo “se contemplará, pero no necesariamente. Puede que hagamos un modelo en el que cada uno pueda elegir sus mejores años”.
Tras escuchar estas palabras, Joaquín Prat ha mostrado su indignación: “También lo negaba el ministro Escrivá en verano diciendo que esto era una serpiente de verano, pero coño, ahí está negro sobre blanco. A ver, que tampoco nos tomen por idiotas. Esto va a suponer una rebaja en la pensión que usted va a percibir, que no le quepa la menor duda”.