El mercadillo del Rastro ha reabierto tras ocho meses de inactividad a causa del covid19 y tras varios meses de discusiones con el Ayuntamiento de Madrid, aunque sus vendedores y comerciantes han mostrado su disconformidad con el sistema de organización de los puestos, así como con el control del aforo.
De este modo, la vicepresidenta y portavoz de la asociación 'El Rastro punto es', Mayka Torralbo, ha manifestado su indignación con los "problemas" que se han encontrado al inicio de la mañana cuando iban a instalar sus tenderetes.
"Los puestos nuevos no estaban señalizados correctamente, hay una numeración cada diez, con lo cual ha habido dificultades para encontrar nuestras ubicaciones actuales", ha señalado. Además, ha apuntado "la mala señalización" de la colocación de estos, que en algunos casos se situaba sobre alcorques, en otros "las medidas no estaban adecuadas" al tamaño del puesto, e incluso se encontraban sobre la acera en vez de en la calzada.
Respecto al aforo y su control, Torralbo ha subrayado que se han encontrado con la prohibición de acceso desde la plaza de Cascorro hacia Rivera de Curtidores "sin que hubiese cartelería o señalización en la que se desviara a los clientes", algo que "no estaba previsto" en el proyecto de reapertura.
"Teníamos un acuerdo donde el eje Cascorro con Curtidores era continuado. Tienen que tener un control del número de visitantes que entra en cada zona, pero en ningún caso se habló del que estaba prohibido el paso", ha recalcado.