La esperanza para frenar la pandemia son las vacunas. Por eso, el esfuerzo por conseguirlas en tiempo récord ha sido titánico, pero su distribución y administración están teniendo problemas. En unos casos por falta de previsión y medios por partes de las administraciones, pero también por problemas en el origen ya que dos de las farmacéuticas que deben suministrar cientos de millones de dosis a la UE, Pfizer y AstraZeneca no están cumpliendo con lo contratado.
Primero, Pfizer recortó el suministro inicial a la mitad para adaptar su capacidad de producción y, a partir del lunes recorta los viales: empezamos vacunando con un prospecto que decía que de cada vial salían cinco inyecciones, pero por el camino se han dado cuenta de que apurando se pueden sacar seis.
No obstante, para eso hacen falta unas agujas especiales que se fabrican en España como las de insulina o Pediatría con un émbolo fino que apura el contenido hasta chocar con la aguja.
Así, con esta fórmula mágica y el beneplácito de la Agencia del Medicamento, Pfizer enviará 350 000 vacunas en 58 000 viales en lugar de en 70 000, es decir, un 16 por ciento menos de viales que se traduce en más ingresos para la farmacéutica.
Hasta ahora, España ha puesto el 86% de las vacunas recibidas, pero Andalucía, Cataluña y Madrid no han logrado sacar seis dosis del vial por falta de jeringas adecuadas y algunas CCAA interrumpiendo la campaña por lo que los siguientes en vacunarse (dentistas, sanitarios que no están en primera línea y mayores de 80 años) no saben si lo podrán hacer como se ha estimado.
A todo ello se suma el anuncio de AztraZeneca, la tercera vacuna que se espera sea aprobada esta semana: van a enviar un 60% menos de lo prometido. La situación afecta a toda la Unión Europea y la comisaria de Salud ya ha expresado su malestar por el incumplimiento del contrato. De hecho, Italia va a emprender acciones legales contra esta farmacéutica.
El líder de la oposición, Pablo Casado, pide orden al “caos” de la vacunación; mientras que el Gobierno mantiene su promesa de vacunar al 70 por ciento de la población en verano, algo que los expertos ponen en duda.