Después de que se haya confimado la cuarta muerte, la del sacerdote Rubén Pérez de Ayala, por la tremenda explosión que se registró ayer miércoles en el número 98 de la calle Toledo de Madrid, 'Cuatro al día' ha rendido homenaje a estas cuatro víctimas, que tuvieron la mala suerte de estar en el lugar equivocado y en el momento equivocado cuando se produjo la - presunta - explosión de gas.
Anoche, conocimos la muerte de David Santos Muñoz que intentó "echar una mano" para arreglar la caldera d la parroquia que, al final, le acabó quitando la vida. Acababa de ser padre de una niña, su cuarto hijo, a la que, al menos, ha dejado el ejemplo de lo generoso que es tratar de ayudar a los demás.
La casualidad quiso que Javier, albañil de profesión y residente en La Puebla de Almoradiel, en Toledo, tuviera que venir a Madrid para trabajar justo en el edificio de enfrente al que explotó. Tenía 45 años. Como él, un peatón de 85 años que pasaba por la calle, perdió la vida de forma irremediable.
Además de recordarles, el programa también ha hablado con uno de los supervivientes de la explosión, cuya casa ha quedado destrozada. Este residente en Madrid, en un edificio pegado al del siniestro, tuvo la suerte de salvar, pues lo que parece la metralla de la explosión le ha hecho un tremendo agujero en la pared de su habitación, encima de la cama, donde no estaba sentado de milagro.