Greta Thunberg es la activista más visible del momento. Ha encabezado una huelga por el clima en la que participan miles de jóvenes cada viernes y está camino de la Península en un catamarán para llegar a la Cumbre del Clima en la capital española.
Tras el cambio de sede de la cumbre por los disturbios en Chile y estando en Estados Unidos, hace 18 días emprendió una travesía con condiciones complicadas y con mucho viento por el Atlántico desde Virginia. Se espera que llegue a Lisboa el martes por la mañana.
Allí la recibirá el alcalde de Lisboa y la joven espera llegar cuanto antes a la cumbre, a la que va con retraso. Como venir en avión de Lisboa a Madrid no es una opción para ella por lo que contamina, tiene tres opciones: coger cuatro trenes hasta poder llegar a la capital, viajar en el nocturno directo que tarda diez horas o venir en el coche eléctrico que le ha ofrecido la Junta de Extremadura.
La plataforma Salvemos la montaña le pide que no acepte el coche eléctrico porque usa baterías de litio, un elemento que planean empezar a extraer en breve en Cáceres. Se han alzado las voces que piden a Greta que acuda en trenes regionales para mostrar y denunciar las carencias de la red ferroviaria extremeña.
Con la incógnita sin despejar, el objetivo de Greta es estar en la marcha por el clima prevista para el viernes y volver a lanzar sus mensajes por la causa medioambiental en la cumbre el día 10.