Sigue preocupando cada vez más algunas secuelas que deja el coronavirus en muchos pacientes con efectos retardados a menudo, como le ha pasado a Ortega Smith. Daños como trombosis, afectaciones a órganos o problemas neurológicos cuya magnitud real no está aún clara.
La primera oleada del estudio de seroprevalencia afirma que el 5% de la población ha pasado el coronavirus. En los casos más graves conlleva secuelas. Todavía se están investigando. Las secuelas más claras son neumonías graves. También produce trombos como los que ha sufrido el dirigente de VOX, Javier Ortega Smith en las piernas y los pulmones ya después de pasar la enfermedad y que obligó de nuevo a su hospitalización.
La alta capacidad de inflamación del virus podría ser una de las razones por la que algunos estudios como el de la Sociedad Española de Neurología calcula que dos de cada diez enfermos ingresados haya sufrido un ictus, asociados a pacientes de edad avanzada. La red andaluza de investigación en neurología van más lejos, cree que podría, incluso, acelerar enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
Se están estudiando su relación casos similares a un síndrome raro conocido como Kawasaki que afecta a algunos niños y que provoca erupciones en piel, inflama las arterias y que, sin tratamiento, puede provocar incluso infartos. El número de afectados ha aumentado considerablemente en las últimas semanas en las regiones más afectadas por el COVID-19.
Se producen daños a causa de la naturaleza de virus pero también por el tratamiento o el tiempo de reposo y no solo secuelas físicas también psicológicas. Afectaciones diversas todavía no concluyentes porque lo expertos aseguran que es demasiado pronto para conocer de qué manera afectará a largo plazo el coronavirus a quienes han pasado la enfermedad.