El gobierno de Teherán trata de enmendar sus errores en la tragedia del avión ucraniano derribado el miércoles por uno de sus cohetes antiaéreos, en plena escalada prebélica con EEUU. La indignación se palpa en las calles con las protestas de miles de ciudadanos contra el gobierno al que acusan de mentir.
Docenas de agujeros en el fuselaje y fragmentos de cohete en los asientos de los pasajeros.
para los expertos ucranianos que analizan en Teherán los restos del Boeing 737 de Ukranian Airlines. Los iraníes no podían negar lo obvio. Un cohete atiaéreo derribó el avión y matando a las 176 personas que viajaban a bordo. Sobre el terreno, los ingenieros ucranianos analizan los restos del aparato y deducen que el cohete estalló justo debajo de la cabina de los pilotos hay multitud de trozos y fragmentos, sin embargo a uno de los expertos ucranianos algo le llama la atención: "¿dónde están los teléfonos móviles, rotos o intactos? ¡no hay ninguno!"
El informe final sobre el derribo del avión aun tardará. Mientras tanto, la indignación tras la mentira del Régimen iraní se apoderó ayer de las calles de Teherán. 82 iraníes viajaban en el vuelo, pero los gritos que clamaban muerte a los mentirosos y contra el Ayatolá Jamenei pronto fueron acallados por la policía.
Hoy desde el parlamento iraní, se volvía a dar el pésame a las familias de las víctimas aunque a la hora de pedir disculpas por mentir a la opinión pública, nada de nada. "No creo que haya habido ninguna intención de encubrir este caso. Cuando se produce un accidente aéreo se tardan meses en averiguar la causa... Estas cosas siempre han sucedido", ha expresado Hossein Ali Shahriyari, uno de los miembros del parlamento de Irán
Desde Canadá el silencio de las vigilias protagoniza el dolor de las familias de los 57 ciudadanos canadienses que viajaban a bordo del avión derribado. El presidente canadiense, ha evitado por el momento anunciar posibles represalias contra el régimen de los ayatolás al que ha pedido transparencia, responsabilidad y justicia. Una revindicación que también ha hecho suya el presidente ucraniano
Volodymyr Zelensky