Con la confirmación de un tercer caso en Galicia de hepatitis infantil grave – un menor a quien se diagnosticó la enfermedad en febrero y que ya se encuentra asintomático y con las analíticas normalizadas -- ya son 22 los afectados España, y alrededor de 200 en todo el mundo. La dolencia parece que la provoca un adenovirus, el f41, pero se sigue investigando. La única certeza es que no es consecuencia de la vacuna del covid.
Cuando la pandemia nos da un respiro, una nueva alerta sanitaria se extiende por todo el planeta: casos de hepatitis aguda infantil cuyo origen por el momento es un misterio y sus síntomas muy reconocibles.
“Los niños se ponen de color amarillo, tanto la coloración de la piel como el blanco de los ojos”, explica Quique Bassat, pediatra y epidemiólogo. El pediatra Carlos Príncipe indica que debemos preocuparnos ante “un cuadro en el que un niño se ponga rápidamente de color amarillo y con orina de color cola entonces sí nos preocupamos”.
Se han detectado al menos 200 casos en 16 países. Un menor ha muerto y 20 han necesitado trasplante de hígado, uno de ellos en España donde ya hay 22 contagios. Ante estos datos, se buscan pistas para aclarar el misterio y de momento sólo se ha encontrado una. “En algunos de estos casos se ha encontrado un virus que es el adenovirus”, señala Bassat.
En la misma línea, dice Príncipe: “Parece evidente que tiene que haber una causa-efecto. En los casos más graves se ha identificado la cepa f41”.
Aunque el adenovirus f41 es el principal sospechoso, se busca algo más que explique por qué un virus que normalmente solo causa gastroenteritis o resfriados leves provoque hepatitis grave.
“Por ejemplo, uno de los casos era un niño que había recibido quimioterapia por una leucemia, con lo cual sus niveles de defensas estaban bajos”, apunta Príncipe.
La menor respuesta inmunitaria, ¿podría deberse al exceso de protección durante la pandemia? La hipótesis no convence del todo porque, según Bassat, “no explica por qué no hemos tenido unos brotes de muchos otros microorganismos que se transmiten mucho más fácilmente y que podrían estar causando mucha enfermedad”.
Otras hipótesis son una mutación del adenovirus o factores ambientales, como la exposición a tóxicos. Lo que se descarta totalmente es que la hepatitis sea consecuencia de la vacunación contra el covid.
“Lo que sabemos seguro es que no tiene relación con la vacuna, que no es un efecto secundario de la vacuna porque la gran mayoría de los niños que han tenido estos episodios no estaban vacunados”, añade Bassat.
También está claro cómo se produce el contagio. Según Bassat, ocurre entre “los niños que han estado en contacto con sus heces, los niños más pequeños que no se han lavado bien las manos se lo transmiten por el contacto”. Para prevenir, explica Príncipe, “hay que extremar las medidas de higiene, pero con todo”.
A pesar de la alerta sanitaria, los médicos quieren tranquilizar. Javier Massaguer, director médico del Hospital HM Nens, expresa: “Los sanitarios estamos con total tranquilidad porque vemos que no tenemos ningún número de casos que nos haga estar en alarma”.
De momento hay pocas certezas, pero el examen de los hígados de los pacientes trasplantados puede contribuir a despejar el misterio.