El Gobierno de Francia continúa tomando medidas para prevenir la expansión de la nueva variante del coronavirus. Según ha informado el Ejecutivo, va a haber más vacunaciones obligatorias en determinados colectivos y va a haber menos celebraciones por Año Nuevo, al menos en la calle.
Pese al aumento exponencial de casos, en la última semana de 60.000 diarios, lo cierto es que los franceses van a poder disfrutar de las Navidades sin toques de queda como el año pasado. Ahora bien, según se aproximan las fechas, aumentan las restricciones.
Este viernes, el primer ministro Jean Castex anunció nuevas medidas. La mayoría afectan a la vida social con el cierre de discotecas, la cancelación de conciertos o de actos tan simbólicos como los fuegos artificiales del 31 de diciembre de París. Una herramienta para controlar positivos del país es que los vacunados tienen acceso a test de antígenos gratuitos.
También hay nuevas restricciones a la movilidad, con la prohibición de viajes entre Francia y Reino Unido. A partir de ahí, el Gobierno galo, a cuatro meses de las presidenciales, prefiere quedarse en el terreno de las recomendaciones apelando a los franceses a que limiten al máximo sus interacciones sociales. Asimismo, se pretende agilizar la aplicación de la tercera dosis de la vacuna como refuerzo.