Tras el humo por el fuego de artillería tras lo ocurrido en la votación por la reforma laboral nos preguntamos qué efectos va a tener esa reforma en concreto en uno de los grandes problemas y lacras de nuestro país: la temporalidad en los jóvenes. La reforma -que lleva un mes en vigor aunque haya sido ahora convalidada- se ha notado en las contrataciones fijas de enero.
Pasar de la incertidumbre a la estabilidad laboral es lo que pretende la nueva reforma de la que trabajadores como ellos se van a beneficiar. La reforma entró en vigor hace un mes y se ha convalidado en el Congreso esta semana.
Aunque es pronto para sacar conclusiones, este enero ya se ha notado en el mercado laboral un incremento de los contratos indefinidos que se han multiplicado por tres respecto a hace un año y un descenso del 10% de los temporales. En lo que a temporalidad se refiere, esta reforma acaba con los contratos por obra y servicio salvo los ya vigentes hasta que acabe esa obra.
A partir de ahora, el indefinido será el contrato de saque o fijo discontinuo en su defecto, en sectores como la hostelería. Los temporales serán para picos de trabajo de hasta seis meses o para sustitución de un trabajador de hasta 90 días. Además, se endurecen las sanciones para quien no cumpla con esta nueva reforma. Antes eran 8 000 euros por empresa, ahora 10 000 y por cada trabajador al que no se le contrate adecuadamente.
El sector de la construcción es uno de los más afectados, con la mitad de sus necesidades subcontratadas. Cada vez que una empresa dé de baja un contrato de corta duración, tendrá que pagar una penalización. El objetivo es acabar con los despidos de fin de semana.
Los expertos confían en que a la larga esto mejorará la calidad del empleo tanto para empresas como para trabajadores. No obstante, harán falta meses para ver el impacto real en la contratación.