Día 31 de la guerra en Ucrania. Ayer el ministerio de defensa ruso dio por completada la primera fase de la intervención. Una afirmación de un supuesto éxito, pero que en realidad puede esconder todo lo contrario, el reconocimiento de que la guerra total en Ucrania no ha ido como pensaba Moscú y se centrará a partir de ahora en consolidar posiciones en el este, en la región del Donbás.
Un mes después de invadir Ucrania, Rusia da un giro a su estrategia. El Jefe del Estado Mayor Adjunto de sus Fuerzas Armadas anunció ayer que se ha reducido la amenaza militar ucraniana y que a partir de ahora se centrarán en tomar toda la región del Donbás. Un modo de ocultar el fracaso de su objetivo real, que no era otro que el de conquistar Kiev en una operación relámpago y provocar un cambio de Gobierno.
Hace 8 años, Rusia ya atacó el Donbás, territorio fronterizo del oriente de Ucrania sobre el que Moscú quiere alcanzar ahora el control total. Rusia solo reconoce 1.300 bajas, pero la OTAN multiplica esta cifra, al menos, por 10. Un fiasco bélico del que destacadas figuras de Rusia, como el excomandante y héroe de Crimea y el Donbás, Igor Gorkin, ha dado cuenta abiertamente en televisión.
Sin embargo, la amenaza de Putin que ha logrado unir a la UE y resucitar a la OTAN, sigue viva.