El cadáver de Esther López fue hallado el sábado a unos tres kilómetros de Traspinedo, junto a una carretera, en una zona descampada que no estaba en los pinares. Estaba situada justo al lado de una explotación ganadera y a menos de 500 metros de un polígono y de una urbanización de chalets. Teniendo esto en cuenta, no parece razonable pensar que un cadáver haya podido permanecer oculto 24 días. Por ello, una de las incógnitas que surgen en esta investigación es si puede haber permanecido allí el cuerpo sin ser visto por los vecinos y por los cientos de personas que participaron en las batidas o si lo dejó alguien en las últimas horas.
Desde primera hora de la mañana, Guardia Civil y Policía Judicial llevan peinando los márgenes de la carretera donde apareció el cuerpo de Esther López el sábado. Estaba vestida con la ropa que llevaba el día de su desaparición, bocabajo y sobre el bolso con la documentación y el móvil.
También se han trasladado a una zona más cercana del polígono de Tudero en busca de alguna pista, de algún rastro que determine si el cuerpo fue llevado a la cuneta a posteriori o si Esther López habría fallecido en ese lugar por causas naturales, o incluso, por muerte súbita.
El primer dato cobra fuerza porque es una zona en la que se produjeron las batidas, de hecho comenzaban a 200 metros del lugar y los inspectores ya cuentan con las grabaciones de dos puntos clave: el de la carretera donde apareció el cuerpo y el de un lugar fundamental para la investigación, el restaurante La Maña, a 300 metros de hallazgo, donde se sitúa en un momento de la noche a Esther y a sus amigos Óscar y Carolo y la única persona que fue detenida durante unos días, Ramón el Manitas.
No obstante, cuestiones como estas o como cuánto tiempo llevaría a la intemperie o cuánto tiempo llevaría muerta Esther López son algunas de las preguntas a las que podría dar respuesta y confirmar la autopsia, que se realiza desde la mañana del domingo en el Anatómico Forense de Valladolid. De momento, el primer análisis ocular reveló que murió la misma madrugada en la que se le perdió la pista y que no presentaba signos de violencia aparentes.