En las remotas aguas del archipiélago de Svalvard, en Noruega, donde reinan el hielo y la naturaleza más agreste y salvaje, Aniol Serrasolses, uno de los mejores kayakistas del mundo, ha hecho historia.
El gerundense ha realizado un descenso sin precedentes por el gigante glaciar de Brasvellbreen hasta saltar por una cascada de 20 metros de altura y caer en las gélidas aguas del Ártico.
"Ha sido algo que ha estado en mi mente durante muchos años. Esa cascada perfecta que cae del hielo. Absolutamente increíble", afirma el aventurero catalán, que ha sido la primera persona del mundo en realizar esta proeza y navegar sobre las traicioneras aguas bravas de hielo.
Para llegar hasta aquí, además de una larga travesía, Aniol y su equipo, formado por David Sodomka, Aleix Salvat y Mikel Sarasola, han tenido que caminar 11 kilómetros a través de la nieve sorteando numerosos arroyos, grietas y muros esculpidos en el hielo en un viaje marítimo de 36 horas que comenzó en Longyearbyen.
Antes de comenzar el descenso aumentaron los nervios porque, dice el deportista, "esa sensación de que no íbamos a volver y que no tendríamos otra oportunidad siempre estuvo ahí. Hubo mucha presión porque sabía que ese era el momento".
"Es difícil encontrar palabras para explicar esta sensación. Es como navegar en kayak en otro planeta. Sin duda, es el kayak más singular que he hecho en mi vida. Somos unos privilegiados", reconoce Serrasolses.
Ante un entorno ártico tan impredecible, añade que "estábamos en un entorno en constante cambio. Sabíamos lo riesgoso que era, pero cuando miras a tu alrededor todo tenía sentido".
El descenso, denominado 'La escalera de Felipe', honra la sólida camaradería y el espíritu colectivo del equipo. Este nombre simboliza el apoyo y la unidad esenciales que fueron cruciales para lograr esta notable hazaña.