La nueva víctima de la violencia policial en Estados Unidos tenía 21 años, era de raza negra y estaba embarazada. Las autoridades de Ohio han hecho públicas las imágenes del momento en el que la mujer, que estaba desarmada, es tiroteada por las sospechas de que había robado unas botellas en un supermercado.
Otra vez dos policías blancos, otra vez una persona negra y desarmada muerta a balazos, otra vez en Estados Unidos. La policía de Ohio ha hecho pública esta secuencia grabada por las cámaras corporales dos dos agentes en un suburbio de Columbus.
Al parecer, los agentes acudieron a un supermercado después de que un empleado les llamase porque una mujer había robado unas botellas de alcohol. Los agentes la interceptan en el parking y le ordenan que baje del coche porque es sospechosa de un robo.
En cuestión de segundos, uno de los policías dispara a la mujer. La bala atraviesa la luna delantera hiriendo mortalmente a la conductora mientras que el coche continúa avanzando lentamente hasta chocar contra una pared.
Según las autoridades, los policías intentaron reanimarla pero cuando llego al hospital ya estaba muerta. La autopsia desveló que la víctima, Takia Young, de 21 años estaba embarazada y el feto tampoco sobrevivió.
Sean Walton, abogado de la familia de Young, ha desvelado que la familia de la joven está completamente destrozada: “La familia de Takia está desolada. Lo que puedo decir es que el vídeo no hizo más que confirmar sus temores de que Takia fue asesinada injustificadamente. Takia y su hija fueron asesinadas injustificadamente”.
Ahora, la Fiscalía general de Ohio ya ha iniciado una investigación criminal de estos hechos que ocurrieron hace 10 días pero que se han hecho públicos tras la denuncia de los familiares.
"Encontramos un testigo que estaba en la tienda al mismo tiempo que Takia. La vio dejar las botellas mientras salía de la tienda y nunca cometió ningún robo", asegura la defensa.
Por su parte, el agente que disparó se encuentra de baja administrativa, solo suspendido de empleo no de sueldo. Mientras, su compañero continúa con su trabajo habitual. Según el jefe de la comisaría, el disparo estaba justificado porque la mujer no detuvo su coche y amenazaba la seguridad de los policías.