Kiska, la orca más solitaria del mundo, ha muerto a causa de una infección bacteriana en el acuario de MarineLand, en la zona de las Cataratas del Niágara, en Ontario, Canadá.
El cetáceo fue capturado cuando tenía solo tres años en el océano Atlántico. Era 1979 y fue trasladada a un acuario en Islandia. Allí, vivió durante un breve tiempo con otras cuatro orcas hasta que la vendieron junto con Keiko (protagonista de ‘Liberad a Willy’) a MarineLand.
Este fue revendido después a otro parque en México, pero finalmente la rescataron, rehabilitaron y la devolvieron al océano.
La ballena, de ya 47 años, vivía sola desde su último compañero Ike, fuese devuelto a Seaworld en 2011.