Noella McMaher, la niña transexual más joven que ha desfilado nunca en la Semana de la Moda de Nueva York, tiene 11 años y su caso ejemplifica la brecha que se ha abierto en Estados Unidos entre estados gobernados por demócratas, que facilitan las transiciones de un género a otro, y los gobernados por republicanos, que las bloquean hasta los 18 años.
Noella es una de las niñas transgénero más jóvenes de EEUU. Con solo dos, ya tenía caro que su cuerpo no conectaba con lo que ella sentía. “Cuando la gente le decía 'qué niño tan mono', ella decía ‘no soy un niño, soy una niña’”, recuerda su padre Dee Mcmaher.
Con cuatro años ya le llamaban Noella y con siete cambió el nombre de su pasaporte. El pasado diciembre le implantaron un bloqueador de pubertad. “Me duele mucho después de un tiempo, pica y escuece un poquito”, dice. Ella misma lo retransmitió en redes sociales, alimentando aún más un debate que divide a los expertos en EEUU: cuál es la edad adecuada para este tratamiento médico.
Karen Surowiec, de Manhattan Psichology Group, consider que "no hay una edad especifica para recomendar a un niño empezar la transición. Lo más importante es que el pequeño tenga el soporte social, la conducta y el apoyo psicológico que necesita”.
El año pasado Noella se convirtió en la niña trans más joven que desfilaba por una pasarela de la Semana de la Moda de Nueva York y este año repite. La acompaña su padre, que comenzó su proceso de transición de género tres años después del de su hija.
“Comencé mi transición en enero de 2020, ella comenzó su transición social en 2014, o 2015 y su transición legal en 2017. Siempre ha tenido un fuerte sentido de que era ella misma y muy confiada de quien era”, cuenta su padre
Aquí cada estado tiene sus propias reglas en esta cuestión. Ahora mismo hay 40 proyectos de ley impulsados en territorios republicanos que buscan prohibir o, incluso, penalizar con pena de cárcel el cambio de sexo en personas de menos de 18 años o el uso de bloqueadores de pubertad.
En el otro lado, estados demócratas como Nueva York, que buscan convertirse en santuario de tratamiento transgénero pediátricos en menores que se identifiquen como trans. En EEUU, ya son más de 300 000.