Cientos de personas se han manifestado en 44 ciudades españolas para protestar por la ley de Bienestar Animal, pero por motivos muy distintos. Las asociaciones animalistas rechazan que se haya excluido de la normativa a los perros de caza a iniciativa del PSOE y contra el criterio del otro socio de Gobierno.
Las asociaciones afirman que los criadores ilegales y los cazadores mantienen rehalas enteras en bunkers, zulos, cuevas e instalaciones de difícil acceso o poco transitadas, lo que les convierte en seres invisibles, excluidos de cualquier consideración estadística. "Esta actividad clandestina, pero de sobra conocida, es posible gracias al concepto de herramienta que la sociedad, sobre todo en ámbitos rurales, posee de los llamados lebreles", denuncia la asociación APPDA.
Por otro lado, la Ley del Bienestar Animal suscita también rechazo entre los propietarios de tiendas de mascotas, que la consideran muy restrictiva.
La primera ley de Bienestar Animal que se quiere poner en marcha en España ha generado mucha inquietud en los sectores afectados pero, según sus impulsores, tampoco será para tanto.
La futura Ley de Bienestar Animal tiene como objetivo unificar criterios para proteger los derechos de los animales porque actualmente en España esta protección recala en 17 normativas autonómicas distintas.
Sin embargo, esta ley que que se debatirá la próxima semana en el Congreso no solo divide a los dos socios en el Gobierno. También. descontenta a muchos, sino a todos a quienes afecta la futura normativa. La desinformación en torno a esta ley ha propiciado todo tipo de alarmas entorno al futuro de la venta y tenencia de de animales exóticos.
El descontento con esta ley parece generalizado y ni si quiera desde la Dirección General de Bienestar Animal están satisfechos debido a la exclusión de los perros de caza.
Sin embargo, los propietarios de perros dedicados a la actividad cinegética justifican esta exclusión. Uno de los mayores exponentes de perros dedicados a la caza son las rehalas, cuya actividad ya está mucho más regulada que la del resto de perros de compañía. No obstante, la exclusión de los perros de caza es principal punto de desacuerdo.