El frutero, el pescadero o el carnicero del supermercado ya tienen obligación de servir al cliente el género en el envase que usted lleve siempre que esté limpio. Hasta ahora, había compradores que lo llevaban pero el comerciante podía negarse. Es una de las medidas que el Gobierno ha aprobado para reducir el consumo de envases de plásticos de un solo uso. Los comercios lo notan aunque los clientes que compran con tuppers son minoría de momento.
España es el segundo país europeo tras Turquía que más contamina con plástico el Mediterráneo y somos el cuarto país de la UE en consumo y utilización de este material. Para reducirlo, la nueva ley de residuos carga un impuesto de 45 céntimos por cada kilo a todo el que fabrique con plástico. Para los expertos en residuos se queda corto y no desincentiva el consumo de plástico.
El responsable de la campaña de residuos de Greenpeace, Julio Barea, pone como ejemplo el impacto de ese impuesto en una botella de litro y medio de agua, que es tan solo de un céntimo. Alemania es el país europeo que consigue recuperar más envases (un 90%) gracias a la política de devolución y retorno, la más eficaz para sustituir el reciclaje por la reutilización del mismo envase.
El 70% de los españoles está dispuesto a cambiar hábitos pero los ecologistas denuncian que sin una legislación más dura, estamos perdiendo un tiempo precioso mientras nuestros mares y entornos se llenan de plástico.