Las seis cartas bombas que esta semana fueron enviadas a diferentes puntos de España fueron mandadas desde la provincia de Valladolid. Esa es la principal pista con la que cuentan los agentes de la Comisaría General de Información que buscan al responsable de las cartas con pólvora y metralla, una de las cuales hirió a un trabajador de la Embajada de Ucrania el pasado miércoles 30 de noviembre.
Solo una carta incendiaria se pudo conservar intacta. Fue la encontrada en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz. Gracias a ella, la investigación está avanzando ya que está revelando detalles cruciales.
Los investigadores ya sabían que todas las cartas, las seis, habían sido enviadas por un sola persona y ahora ya conocen que fue desde Valladolid, según ha apuntado un informe que la Policía a enviado a la Audiencia Nacional. Desde el Gobierno, hoy mismo se confiaba en atraparlo pronto.
La investigación avanza con rapidez después de que el miércoles un primer paquete hiriera de forma leve a un trabajador de la embajada ucraniana. Se supo entonces que semanas antes se recibió otra en el Palacio de la Moncloa dirigida al presidente.
La empresa armamentística Instalaza, en Zaragoza, la fabricante de los primeros lanzacohetes que España envió a Ucrania también recibió otra al ministerio de Defensa destinada a Margarita Robles y una última en la embajada de Estados Unidos en Madrid.
Todos los sobres llevaban un sedal para activar una pequeña cantidad de pólvora y provocar una llama que detonaría con pequeñas bolas metálicas para hacer de metralla.
Ayer, el ministerio de Interior avisó a los socios de la Unión Europea que los ataques "podían estar conectados con la guerra en Ucrania". Además, 17 embajadas de Ucrania en todo el mundo recibieron una oleada de paquetes con ojos de animales dentro. De nuevo, también la española. El Ejecutivo pide de momento no relacionar ambos sucesos.