La huida de miles de rusos que no quieren ser movilizados coincide con la celebración de referéndums plagados de irregularidades en Ucrania. Hoy es el segundo día de votaciones para la anexión a Rusia de los territorios ocupados, parcialmente, de Ucrania, una votación al margen de toda legalidad a ojos de Occidente.
Estas votaciones han sido denunciadas como farsa por Ucrania y como ilegítimas por Occidente. El próximo martes terminan la votaciones del referéndum de anexión a Rusia en cuatro regiones de Ucrania que están en primera línea de la guerra.
Durante cinco días, los pocos habitantes que quedan en las regiones de Donestk, Lugansk, Jersón y Zaporiya podrán participar en este referéndum exprés para votar su anexión a Rusia.
En el Este, Rusia ha empezado a perder terreno en Lugansk, aunque domina casi toda la provincia, no así en Donestk, donde solo controla un 60 por ciento del territorio.
En el sur, Jersón se encuentra bajo la contraofensiva del ejercito ucraniano y en Zaporiya la capital de la provincia sigue controlada por la Ucrania soberana.
La mayoría de los ucranianos están en contra de estas votaciones: "Estoy en contra del referéndum. Mi ciudad y mi región pertenecen por completo a Ucrania. Todo esto es muy duro y no hay lugar para los rusos en nuestra tierra", asegura una ucraniana desplazadade Nova Kakhova en la región de Kherson.
Cuando Putin ordenó a sus tropas que tomaran la península de Crimea en 2014, culminó su ocupación con otro referéndum de anexión. Con el que está llevando a cabo ahora se adueñará de otro 15% de Ucrania y el próximo martes podrá afirmar que Donestk, Lugansk, Jersón y Zaporiya ya forman parte de Rusia.
En cualquier caso, desde Kiev dicen dice nada cambiará y sus fuerzas seguirán presionando para liberar los territorios ocupados.