Tras el anuncio de Putin de movilizar a 300.000 reservistas a la guerra de Ucrania, han empezado a llegar los avisos a esas personas que por edad o por haber hecho ya el servicio pueden ser reclutadas. Aviones repletos, trenes, autobuses... los rusos se están despidiendo de sus familias antes de ir de desplazarse a las zonas de conflicto.
Solo tienen una hora para recoger sus cosas y después ir a la formación, y se abrazan con sus familias sin saber todavía si van a poder volver a verles algún día.
Las autoridades rusas están yendo a la caza de reservistas, incluso en el metro de Moscú. Van sobre todo parando a las personas que por su apariencia puedan pertenecer a minorías étnicas del país como en la ciudad de Yakutia, en Siberia. A más de 5.000 kilómetros de Ucrania son los primeros reservistas que están llegando a los comisariados militares.