El independentismo afronta este domingo la Diada del 11 de septiembre con más división de los últimos años, que se exhibirá especialmente en la manifestación convocada por la ANC, marcada por la ausencia del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y del resto de consellers y dirigentes de ERC, mientras que Junts y sus miembros del Govern sí que acudirán.
La delegación de ERC ha sido recibida este domingo con una pitada y gritos de 'Fuera' en la tradicional ofrenda floral al monumento de Rafael Casanova por la Diada.
Los dirigentes de ERC, encabezados por su presidente, Oriol Junqueras, y la secretaria general adjunta y portavoz de ERC, Marta Vilalta, han llegado a la ofrenda gritando 'Independencia', mientras recibían una pitada de la gente concentrada cerca del monumento.
Pese a que el Govern y que el resto de formaciones también han sido abucheados por unas 50 personas que protestan por la precariedad en el Servicio de Ayuda a Domicilio en Cataluña, la pitada a la delegación de ERC ha sido más sonora.
La falta de una estrategia conjunta, las discrepancias sobre la apuesta por el diálogo y episodios recientes como la suspensión de la presidenta de Junts, Laura Borràs, como presidenta del Parlament han ahondado en las diferencias y los reproches entre los partidos y las entidades independentistas hasta llegar a la Diada, un día que en la última década habían aprovechado para mostrar unidad y movilizarse conjuntamente.
En esta ocasión, la manifestación que convoca la ANC, que en los últimos años ha sido el principal acto del independentismo por la Diada, no contará con la presencia del presidente de la Generalitat, algo que no ocurría desde la Presidencia de Artur Mas, ya que tanto Carles Puigdemont como Quim Torra acudieron cuando presidían el Govern e incluso Aragonès el año pasado asistió y fue recibido con algunos pitos.