En Argentina, tres días después del intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, peronismo y oposición se han unido para condenar el ataque, mientras continúa la investigación.
“La honorable cámara de diputados de la nación expresa su enérgico repudio al intento de magnicidio contra la vicepresidenta”, ha dicho la diputada Cecilia Moreau en el Congreso. Lo ha hecho en una sesión extraordinaria, marcada de nuevo, por la extrema polarización política que vive el país.
Los investigadores rastrean el teléfono del detenido, Fernando Andrés Sabag Montiel, en busca de pruebas. La principal hipótesis es que actuó solo y que no activó bien la corredera de la pistola. El proyectil no entró en la recámara y eso evitó que saliera el disparo.
Según han podido saber los medios locales este domingo, el teléfono, una prueba clave, habría sido formateado y en la pantalla del móvil el mensaje "teléfono reseteado de fábrica". Por ello, la Policía Federal habría pedido a la Policía de Seguridad Aeroportuaria que investigase el dispositivo, debido a que poseen un software más moderno con el objetivo de tratar de acceder a la información.
Este inconveniente mantiene en vilo a los investigadores, sin embargo, desde el juzgado a cargo --liderado por María Eugenia Capuchetti-- ha manifestado confianza en que la cadena de custodia no fue vulnerada.
Además, las autoridades han descartado que el teléfono haya sido manipulado de forma remota, ya que "permaneció en modo avión", recoge Télam