El incendio en la Sierra de la Culebra, en la provincia de Zamora, continúa activo y en nivel dos en una escala ascendente de peligrosidad que va de cero a tres. Las llamas, que avanzan hacia el norte, han calcinado 20.000 hectáreas y han obligado a cortar la línea de AVE Madrid-Galicia y la carretera N-631. Se trata, sin duda, del mayor desastre ecológico en Zamora desde hace décadas.
Tanto los viajeros de esos convoyes como del resto de trenes en ambos sentidos se han trasladado en autobuses entre las estaciones de Sanabria y Zamora, para continuar desde allí el trayecto en tren, según han informado a EFE fuentes de la compañía ferroviaria.
El flanco suroeste está acotado y se ha permitido ya el regreso a los vecinos de siete poblaciones, en el frente norte el fuego ha traspasado la N-631 y ha hecho necesarios nuevos desalojos de municipios, con una docena de localidades en las que sus vecinos estaban evacuados este sábado por la tarde.
Hasta el momento, los núcleos de población que han tenido que ser desalojados en algún momento por la cercanía de las llamas y el riesgo que suponía el humo rondan la veintena y suman conjuntamente 2.272 vecinos, incluidos los que este sábado han podido regresar a sus casas.
Los evacuados, en su mayoría personas mayores, han sido atendidos en pabellones deportivos de Alcañices, Camarzana de Tera y Benavente, donde 35 voluntarios de Cruz Roja de Zamora, León, Salamanca y Valladolid les ha atendido y les ha ofrecido ayuda psicológica.
El equipo psicológico del operativo de Cruz Roja de respuesta inmediata ante emergencias ha tratado de "tranquilizar a la población que podamos detectar que está un poco más nerviosa por la situación", ha explicado el técnico en Socorros y Emergencias de Cruz Roja Española en Castilla y León, Víctor Segura.
Algunas de las claves de este incendio, que durante dos jornadas seguidas ha carbonizado cerca de 10.000 hectáreas cada una de ellas, han estado en el fuerte viento cambiante, con rachas de hasta 70 kilómetros hora, la ola de calor y falta de humedad y fenómenos como el de los denominados rayos latentes, que incendian el árbol por dentro y exteriormente no aparece el fuego hasta horas o incluso dos días después.