La primera votación de investidura depende de 72 horas, y las partes aseguran que todavía no hay contacto oficial entre ellas desde que ayer Pablo Iglesias sacrificara sus ideas, hasta ahora inamovible, de estar en el gobierno con el PSOE.
“El PSOE dice que el único escollo que evita ese gobierno soy yo. He estado reflexionando estos días y no voy a ser quien evite ese gobierno de coalición”, comenta Pablo Iglesias. Pero no es una cesión gratis. “La presencia de Unidas Podemos en el próximo gobierno tiene que ser proporcional a los votos y que la propuesta la haga Unidas Podemos”, añade el líder del partido morado.
En función de los votos, significa que Unidas Podemos podría exigir hasta un tercio de los ministros. Cinco si se mantuviera la estructura del gabinete actual. Sus pretensiones, estaría una vicepresidencia y carteras sociales. Además, según lo expuesto por Iglesias, su salida sería la única y última cesión en lo referente a los cargos.
“Mi presencia en el consejo de ministros no va a ser el problema, siempre y cuando el PSOE asuma que no puede haber más vetos”, dice Iglesias. Eliminado el bloqueo a la dirección del partido, suenan nombres para el gobierno como Irene Montero, que ha pedido el voto telemático para la investidura debido a su avanzado embarazo, Pablo Echenique o Rafa Mayoral.
Para añadir más complicación a una negociación endiablada, otra parte de Unidas Podemos, Izquierda Unida, ha anunciado este sábado por sorpresa que mañana hará su propia consulta a la militancia sobre el pacto de investidura. Un acuerdo que para ellos debería estar más centrado en los programas que en las sillas.