La crisis migratoria en Ceuta, sin precedentes, ha dejado infinidad de imágenes en las que más de 6.000 personas llegaban a la ciudad española procedentes de Marruecos a nado y bordeando el espigón en el que termina la valla de la frontera entre ambos países.
Adultos, menores, familias enteras e incluso bebés han llegado a las playas de Ceuta, muchos de ellos exhaustos, por lo que han sido atendidos, además de por las fuerzas de seguridad del estado y las fuerzas armadas, por Cruz Roja, que no ha dado a basto en tras este aluvión de personas. El programa ha hablado con Isabel Brasero, portavoz de la Cruz Roja en Ceuta, que ha explicado el trabajo que han hecho durante estas horas: "Nuestra atención se basa en la primera asistencia a pie de costa, a parte de las heridas que pueden raer, hay personas que vienen exhaustas porque llevan todo el día intentando pasar".
Esta sanitaria ha hablado sobre el ánimo con el que llegan estas personas y Joaquín Prat aprovecha para hacer referencia a la imagen del día, entre una compañera de Cruz Roja y un migrante que está completamente abatido y hecho un mar de lágrimas y esta le consuela con un abrazo: "Ellos nos refieren gratitud cuando los estamos ayudando, Cruz Roja una de sus premisas es aliviar el sufrimiento humano en cualquiera de sus circunstancias y eso es lo que hacemos".
Además, ha explicado que para las personas que están pasando por esta situación extrema esta ayuda para ellos es "un gesto muy importante". Y aclara que en los años que lleva trabajando no había visto nada similar: "En Ceuta por la situación geográfica que tenemos estamos muy acostumbrados a atender saltos masivos de la valle, pero es verdad que esto es una situación sin precedentes, nunca nos habían llegado tantas personas a la vez".